La plantilla del Marino entrenó ayer en Miramar con buen humor. Y es que el triunfo en Pasada de Llanes ante el Urraca (0-4) devolvió la sonrisa a una plantilla que confía en que ya haya pasado la mala racha, sobre todo a domicilio, que llevó al equipo a situarse a once puntos del líder Colunga con siete jornadas disputadas.

La mayor preocupación es la evolución del centrocampista Dani López, que sintió un tirón atrás en una carrera y pidió el cambio cuando faltaba un minuto para el descanso. La primera impresión apunta a que puede tener una contractura en el bíceps femoral de la pierna derecha, pero hoy realizará una ecografía para determinar el alcance de la lesión porque pudiera tener una pequeña rotura que supondría entre dos o tres semanas parado.

El jugador, en principio será baja el jueves en la final de la Copa Federación ante el Tuilla en Mieres, pero si se confirma la contractura estaría ante el Covadonga el domingo. El resto está bien tras la recuperación de Gabancho.

El equipo descansa hoy martes y mañana entrenará en Miramar si el tiempo lo permite, o en Balbín.