"No puede volver a pasar". Esa es la conclusión de la plantilla del Avilés tras la derrota (2-1) del domingo en Ganzábal que rompió una histórica racha de ocho victorias seguidas. Los blanquiazules aún no vieron el vídeo del partido contra el Langreo, pero mantuvieron una larga charla en el vestuario para analizar las causas que llevaron al equipo a no puntuar pese a adelantarse y a jugar con un hombre más cuando encajaron el gol de la derrota, de penalti y a falta de dos minutos para el final.

Y es que el problema no fue perder contra el Langreo, uno de los clásicos de la categoría y habitual en el play off de ascenso, lo que dejó tocados a los futbolistas avilesinos es la forma en la que se produjo la derrota porque el equipo perdió su personalidad tras adelantarse con el gol de Cristian, y se vio totalmente superado por un rival que creyó más y que puso más intensidad en todas las disputas y en todo el campo.

El técnico, Pablo Lago, envió un mensaje muy claro a sus jugadores. "No relajarse, no confiarse, y no pensar que por llevar nueve victorias en once partidos las cosas son fáciles". La derrota ante el eterno rival bajó a los avilesinos de la nube y les recordó lo que cuesta ganar un partido en esta categoría. "Valoramos mucho lo conseguido porque la racha de victorias fue muy buena, pero ahora hay que ir a por la siguiente como si fuera un partido decisivo", insistió Lago.