Mientras por aquí se niega la voz a la ciudadanía por sistema, incluso con asuntos de gran calado, en paises como Alemania o Suiza las consultas vinculantes forman parte de las reglas del juego democrático. Hamburgo nos ha dado el último ejemplo, con el referéndum convocado para respaldar la candidatura de la ciudad alemana a los Juegos Olímpicos de 2024. De nada sirvió que los impulsores presentaran unos números muy sensatos, que significaban un esfuerzo económico asumible, sobre todo al conocer la repercusión del acontecimiento más importante del mundo del deporte. Pues los hamburgueses dijeron que no. La participación en la consulta, superior a un 50 por ciento del censo, ya demostró que los ciudadanos quieren ser partícipes activos de la vida de su comunidad. Y, a la vista del resultado de las votaciones, que a veces la gente de a pie puede ser tanto o más responsable que sus dirigentes. Que cunda el ejemplo.