Sonrientes, relajados y muy contentos. Así se vio ayer a los jugadores del Unión Financiera durante el encuentro que mantuvieron con los aficionados del equipo en un local ovetense. Allí estaba, presidiendo la sala, sin que los jugadores se atrevieran a tocarla, el trofeo de la Copa Princesa que se jugarán mañana frente al Burgos en Pumarín (18 horas). Una cita histórica para el joven club ovetense en sus doce años de historia.

Para ser la sede de esta final el Unión Financiera ha tenido que acabar la primera vuelta de la LEB Oro, la segunda competición del baloncesto español, en primera posición. El rival será el Burgos, que la acabó en segundo lugar. El equipo ovetense busca ganar el primer título oficial de su historia. Una Copa que no ha ganado ningún club asturiano. Hacerlo tiene más ventajas. El ganador, en el caso de que acabe la ligar regular entre los cinco primeros clasificados, tiene garantizado jugar con el factor cancha a su favor en todas las eliminatorias del play-off de ascenso a la ACB. La excepción sería acabar primeros. En ese caso el ascenso a la máxima categoría llegaría de forma directa. Un ascenso deportivo que luego habría que intentar llevar a cabo en los despachos.

Los aficionados se acercaron a ver la Copa y se encontraron con el premio de que los jugadores les firmaron todos los autógrafos que les fueron requeridos. Para la ocasión, uno de los patrocinadores del club imprimió unas postales con una fotografía de la plantilla de esta temporada en las que los jugadores fueron estampando sus firmas.

Uno de los que le tiene más ganas a esta Copa es Eduardo Hernández Sonseca. El experimentado pívot ha ganado muchos títulos a lo largo de su dilatada y exitosa carrera, en la que incluye haber disputado siete partidos con la selección española, pero le falta esta Copa que la pasada temporada se le escapó cuando la disputó con el Melilla. Una de las ventajas que tendrá en esta ocasión, como el mismo reconocía durante el acto con los aficionados, es que "este año juego en casa".

Hernández Sonseca tuvo una destacada actuación en el partido que perdieron el domingo por 102-100 ante el Cáceres. El madrileño ha ido evolucionando con el paso de la temporada tras comenzar con una lesión importante. Su experiencia será clave en el encuentro de mañana: "esto es no es la liga, es jugar un título y tanto ellos como nosotros no nos focalizamos en lo que pasó hace semana y media", decía el pívot en referencia a la victoria que lograron precisamente ante Burgos en el último encuentro que disputaron en Pumarín. Ese día les endosaron un contundente 86-66 en un partido que dominaron de cabo a rabo.

Un partido en el que quedó el regusto amargo por la lesión de Dani Pérez. El base catalán fue otro de los que estuvo allí junto a sus compañeros. Mañana será uno más animando en un Pumarín que será más fortín que nunca.