Los inicios con el torno de nuestro protagonista fueron insólitos. Como nos relata a continuación, fue su mujer quien se inició en la confección de moscas ahogadas para pescar truchas, ya que él no se veía capacitado para ello. Con el paso del tiempo fue aprendiendo la técnica y adquiriendo cada vez más práctica. Fue así como Jorge Martínez Prieto comenzó a montar moscas de trucha y, posteriormente, de salmón. Actualmente sus artificiales tienen mucha demanda y no son pocos los amigos y conocidos que las utilizan, conscientes de su efectividad.
Gran aficionado a la pesca del salmón, considera que en el río debe tener cabida todo tipo de aficionados, los que pescan con muerte y los que devuelven con vida sus capturas. De igual forma que defiende todas las técnicas de pesca, aunque la mosca artificial es la que utiliza con mayor frecuencia en sus jornadas.
-¿Cómo empezó a montar moscas?
-En el pueblo de La Vecilla, en León. Quien se inició en el montaje de ahogadas fue mi mujer. Había un aficionado de Sevilla, que vivía en León, que la enseñó. Posteriormente, poco a poco, fui empezando a montar.
-¿Las de salmón?
-A raíz de sacar mi primer salmón, y la fiebre que entonces te entra con todo aquello relacionado con este pez. Decidí, entonces, probar con las moscas de salmón.
-¿Fue autodidacta?
-Básicamente si, aunque tengo que agradecer a mi amigo Nive unas nociones básicas, de gran utilidad, que me dio. Luego aprendí a base de ver vídeos de Michael Frödin, McPail, etc. Pasé muchas horas viendolos, se aprende mucho también de esta manera.
-¿Es complicado el proceso de aprendizaje?
-Hace años era más difícil, ahora, con la cantidad de información que hay, me atrevería a decir que cualquiera con un poco de interés puede hacer moscas de salmón. En España no disponemos de muchos de los materiales necesarios para montar, estamos a años luz de los nórdicos por ejemplo, pero gracias a Internet tenemos todo al alcance de la mano.
-¿Monta en pelo y en pluma?
-Solo pelo, hago moscas para pescar, es una cuestión práctica, considero que no tengo manos para dedicarme a las moscas de pluma. Las de pluma son una maravilla para la vista, aquí en Asturias tenemos algunos de los mejores montadores del país, pero yo este tipo de moscas las considero como algo artístico, no para pescar con ellas.
-¿Ha evolucionado el montaje de moscas de salmón en Asturias los últimos años?
-Muchísimo. Hace siete u ocho años casi todos los pescadores utilizaban clásicas como la RustyRat, Green Highlander, Hairy Mary, etc. Entonces era impensable poner los modelos que hoy usamos. Ahora todo el mundo sabe lo que es una Frances, una Samuray y todas sus variaciones, un cone head, turbo disc... Personalmente me gustan los tubos escandinavos, monto muchos a lo largo del año.
-¿Es bueno salirse de lo establecido e innovar?
-Sin ninguna duda. El mundo de la pesca del salmón a mosca te permite desarrollar la imaginación, no hay que tener miedo de probar cosas nuevas. Investigar es bueno, muchas veces te llevas gratas sorpresas.
-¿Puede marcar la diferencia un modelo de mosca concreto?
-No lo creo. La mosca que más pesca es aquella que más tiempo está en el agua, es una cuestión de fe. Además, es muy difícil sacar conclusiones en un país como España donde se pescan pocos salmones. Si puede influir el tamaño a utilizar, que varía en función de la temperatura y el color del agua, mosca pequeña con poco agua, más grande con mayor caudal.
-¿Qué cualidades debe tener una buena mosca de salmón?
-Desde mi punto de vista la combinación de colores, tiene que ser atractiva para incitar al salmón a tomarla. En cada tipo de agua hay que utilizar el contraste que pueda atraer con más facilidad a los peces. Los materiales que actualmente utilizamos como el Ice dubbing, tinseles holográficos, etc., otorgan a la artificial movilidad y vistosidad en acción de pesca, aumentando su efectividad.
-¿Tiene modelos propios?
-Si, me gusta investigar. No las pongo nombre, pero si procuro inventar dentro de lo posible. Digamos que hago modelos nuevos sobre moscas ya existentes, a las que añado alguna variación como patas de goma, cambiar las cabezas o los conos de color, etc.
-¿Mucha satisfacción sacar un salmón con una mosca propia?
-Una satisfacción tremenda, especialmente cuando es un buen amigo quien lo consigue. Tengo amigos y conocidos que han sacado salmones con mis moscas en Escocia, Noruega o Francia, y cuando mandan las fotos o me lo cuentan, me alegro tanto como si lo hubiera pescado yo.
-¿Cómo ve la situación del salmón en Asturias?
-Lamentable, caótica. Hay una masificación impresionante y apenas hay peces. Nos echamos la culpa unos a otros, mientras estamos en manos de una Administración que no hace absolutamente nada por recuperar los ríos. Personalmente creo que quieren que desaparezca la pesca.
-¿Qué deberíamos hacer para revertir la situación?
-Yo si estoy malo, antes de automedicarme, voy a un profesional para qué me diga lo que tengo que hacer. En el río debería pasar exactamente lo mismo, habría que encargar estudios serios y rigurosos a gente que estuviera realmente capacitada para ello, y ellos serían quienes deberían aportar las medidas a tomar para recuperar el salmón. Si la Administración tuviera interés en que esto se recuperase, encargaría estudios a biólogos y científicos, se instalarían contadores de peces, se controlarían los vertidos, sabríamos cuántos peces se pueden sacrificar, etc.
-¿Es partidario de la pesca sin muerte?
-No si es por obligación. No me gustan los integrismos, ni de un extremo ni de otro. A mi no me molesta nadie en el río, la pesca sin muerte debe ser algo voluntario. Los extremistas del captura y suelta, en el fondo, son egoístas, pretenden quitar aficionados, no les importa tanto el pez como estar en el río sin gente. Hay que tener claro que un pescador que decide matar un salmón no es menos conservacionista que otro que lo suelte. Personalmente el próximo salmón que pesque en el Narcea tengo intención de donarlo al Proyecto Arca. Lo verdaderamente importante en la pesca sin muerte es un buen manipulado del pez durante la pelea y el posterior desanzuelado. Un salmón bien tratado no debe sufrir ningún tipo de daño y, desgraciadamente hoy día se ve de todo.
