El Unión Financiera dio un paso enorme ganando ayer en la cancha del Lleida. Una pista complicada, con una afición que aprieta, en la que hicieron uno de los partidos más completos de la temporada. El equipo asturiano por fin fue regular, no tuvo altibajos y desde el primer momento se aplicó en el trabajo defensivo, al menos así lo dicen las cifras (16 puntos recibidos en el primer cuarto y los mismos en el segundo), puesto que esos primeros instantes fueron difíciles de seguir por la retransmisión de la Federación Española.

En encuentros anteriores, el mal inicio del equipo ovetense les había lastrado y obligado después a un sobreesfuerzo para intentar remontar el choque. Algo que sucedió ante Ourense (90-85) pero que no consiguieron frente al Valladolid (91-86) ni en la pasada jornada ante el Prat (82-84).

Ante Lleida fue precisamente en la primera parte cuando tomaron la iniciativa de un encuentro en el que, aunque estuvo casi siempre con un marcador igualado, la iniciativa fue de los visitantes. Los diez puntos con los que se fueron a vestuarios (32-42) los de Carles Marco no eran suficientes para sentenciar, pero daban mucha confianza en el trabajo que estaban realizando.

Una vez más la presencia de Oliver Arteaga fue determinante. El pívot canario es un seguro de vida, un jugador que asegura muchos puntos y rebotes en la pintura. Pero si hay que hablar de un jugador clave en este inicio de temporada del Unión Financiera es sin duda de su capitán, Víctor Pérez. El sevillano puede estar más o menos acertado, pero su entrega y su ascendencia sobre el resto de sus compañeros son incuestionables. Ayer cuajó un partido magnífico, muy por encima de la valoración (6) que ofrecen las estadísticas. La prueba está en que Carles Marco lo tuvo en cancha casi 37 minutos. Fue el que más jugó de los dos equipos.

Tras el descanso, el Lleida se puso el mono de trabajo y empezó a recortar puntos, con el clásico Miquel Feliu acertadísimo, como le suele suceder ante el Unión Financiera. El equipo ovetense aguantó el tipo, pero no pudo evitar irse al último parcial con todo por decidirse (54-57). Otro equipo quizá se hubiera venido a menos ante la presión del público y hubiera sucumbido ante el empuje de los locales, pero no fue el caso de un Unión Financiera en el que ayer Carles Marco tomó las decisiones correctas y supo leer lo que el partido necesitaba en cada momento.

En el final del choque hay que destacar la actuación de un Mouhamed Barro imperial. Cuando este jugador empieza a dominar bajo los aros es difícil que le arrebaten un rebote o le frenen en su camino hacia la canasta. Cuando el Lleida se puso a uno de diferencia (59-60 a 8.42 del final) aparecieron Gesk y Víctor Pérez para dar tranquilidad al equipo (60-65). Nunca se volverían a acercar los catalanes a menos de esa distancia.

El sábado el equipo ovetense vuelve a casa, a Pumarín, donde tiene una cuenta pendiente. Frente al Prat la moneda salió cruz y la última canasta les costó la derrota. Ante Cáceres tratarán de dar un nuevo paso adelante.