A falta de fútbol de clubes, el que moviliza más pasiones semana a semana, el personal ha entretenido la semana con asuntos varios, a cual más absurdo: el morado de la camiseta de la selección española se lleva la palma, pero tampoco están mal los vaivenes emocionales de Neymar en París. Otra cosa es la enésima recaída de Gareth Bale. Las lesiones del galés sí son algo serio, por lo que condicionan la carrera de uno de los mejores futbolistas del mundo. Circulan muchas teorías sobre las causas de la musculatura de cristal de Bale. Si tenemos en cuenta que a las pocas semanas de su llegada al Madrid se le detectaron unas protusiones discales en la espalda, no es descabellado establecer la conexión entre eese diagnóstico y sus continuos parones. Según algunas fuentes médicas, la protusión afecta a una raíz nerviosa, que después incide en los músculos de las piernas, especialmente los gemelos y el sóleo.
