Josu Uribe ya manda en el Caudal. El gijonés es el sustituto de Paco Fernández al frente del equipo mierense, el elegido por la directiva que preside Roberto Ardura para reconducir la delicada situación de un equipo que sólo ha sumado dos de los últimos treinta puntos. El reto es complicado para el experimentando técnico. Uribe lo ve factible "siendo un equipo competitivo, algo que hasta ahora no ha logrado ser".

Los dirigentes blanquinegros han depositado toda su confianza en un "apagafuegos" como es Uribe. Un entrenador acostumbrado a situaciones delicadas, con el que el Caudal tenía apalabrada su llegada desde el pasado jueves. Problemas personales le impidieron tomar las riendas en el partido del pasado sábado en Lezama. Uribe ya dirigió, ayer, sus primeras sesiones de trabajo y lo hizo cambiando la dinámica. El plantel se ejercitó en sesión doble y no sólo la vespertina, como era habitual con Paco. La marcha del ovetense al Racing hizo que, tanto con Fidalgo, Zúñiga, Tomé, Pablo Lago e Iván Ania, el Caudal se ejercitara por las mañanas, una costumbre que recupera Uribe.

Uribe se mostró ilusionado con la llegada a Mieres, pero sabiendo que "todos los retos son complicados" y apostando por el cambio. El gijonés confesó que "hay que cambiar una dinámica negativa de resultados y para ello no hay más mecánica que el trabajo y apostar por una métodología diferente. Paco es un gran entrenador, pero este año no logró dar con la tecla para sacar rendimiento a esta plantilla y con otra metodología vamos a intentar sacárselo". Todo porque, como explicó, "no hay una varita mágica que te haga ganar. Primero vamos a cambiarlo todo y que con esta nueva forma de trabajar que los resultados lleguen". Su método es sencillo: "Primero cambiar y luego ganar".

Dentro de este nuevo estilo de trabajo, Uribe dejó claro que la labor anímica es vital porque considera que el Caudal "no es tan malo como pueda parecer. No es mejor que nadie, pero no creo que sea un el peor equipo del grupo. Es un plantel con cosas buenas y, obviamente, con carencias que hay que tapar y sacar beneficio a lo bueno que tenemos porque contamos con buenos futbolistas".

El próximo mes de competición es para Uribe clave: "Son cuatro partidos, tres en casa y uno fuera, para acercarnos al objetivo". Uribe compara la situación del Caudal con la que vivió hace tres temporadas cuando se hizo cargo de un Mensajero en zona de descenso y se salvó. El gijonés reconoció que "es parecido a lo que nos pasó en La Palma, que estábamos muy lejos del objetivo y los dos primeros meses los enfocamos pensando en mejorar sin mirar la tabla y acercarnos a la salvación. Lo que hicimos fue enfocar cada partido como una posibilidad de rascar puntos. De acercarnos a la salvación y tratar de llegar al último mes teniendo cerca de la permanencia".

Si el objetivo será ir partido a partido y pensando en las cuatro próximas jornadas como clave, el otro que señala Uribe es que "hay que encajar pocos goles y hacer daño. Si este equipo encaja poco tiene opciones de marcar y de ganar".

La llegada de un nuevo entrenador crea cierto nerviosismo en una plantilla que teme posibles salidas y más cuando se está a poco más de un mes de la apertura del mercado invernal. Según Uribe, "los jugadores son los que tienen que demostrar que son buenos y tienen que hacer equipo porque ahora mismo no lo son". Aunque recalcó que "hasta Navidad todos tendrán su oportunidad para demostrar que tienen cabida en el Caudal. Y el que no, lógicamente, como es habitual en el fútbol, se irá".