Dos gijoneses Hugo García (Universidad) y Lorena Terrones (Bathco) alcanzaron la gloria deportiva en la 34ª San Silvestre de Oviedo. La respuesta popular en la capital nunca defrauda y en 2017 llenó las calles de corredores y espectadores, que con su aliento hicieron más llevadero el esfuerzo de los 5.500 participantes, de nuevo récord. Y eso que, tras la tromba de agua caída una hora antes, se temía que más de uno se echara atrás. No fue el caso. Correr no es de cobardes. Eso sí, el frío y el viento acompañó a los "runners" y el agua sólo apareció en el asfalto.

Los vencedores reflejan los dos modos de acceso al atletismo. Hugo Garcia está formado en las categorías menores del Estadio Gijón y es un habitual en finales o podios de los nacionales juniors o sub23 en carreras de mediofondo. Lorena no tiene antecedentes atléticos y, como tantas mujeres, se atrevió a practicar la carrera atraída en las sendas y parques de Viesques por el fenómeno del running. Dos vías por las que transitan muchos y que confluyen en pruebas como la San Silvestre. Unas victorias que avalan el trabajo de dos jóvenes entrenadores, el gijonés Marcos Peón, aún en activo, o el ovetense Germán Martínez, que prepara a Lorena Terrones y tiene como cabeza visible de su grupo a la campeona de España de maratón, Paula González, como Peón tiene a la ya firme realidad Moha Bakkali .

La carrera masculina resultó más reñida que en 2016, cuando Bakkali se marchó de inicio y se paseó por Oviedo. No fue el caso de Hugo García, que hubo de aguantar los envites de Pelayo Fernández, Fernando Canellada, Nando Junquera y de su compañero de club Alejandro Onís, que fue segundo. García se jugó todas sus cartas atacando en la bajada de la calle Marqués de Santa Cruz, donde definitivamente despegó a Onis. Canellada (Horizonte Gijón), que destaca por su regularidad, completó el podio.

En la prueba femenina la jovencísima Paula Piedra (Oviedo), como es habitual en ella, salía en cabeza hasta que en el la calle Cervantes era superada por Terrones, mientras Patricia Álvarez, una corredora de la que no se tenían referencias, se mantenía en tercer lugar hasta dar alcance a Piedra y terminar en segunda posición. La nota negativa fue la descalificación de un corredor que acabó en el "top 10" y que se unió a la carrera en el tramo final, sin completar los 5.500 metros. Unos atajos que se pagan, como los sobresfuerzos, que aparecen en forma de lesiones, el gran quebradero de cabeza de los corredores y que impidieron a Vero Pérez defender su título.

Además de las camisetas verde fosforito que repartía la organización, menudearon los disfraces y las camisetas de futbol, sobre todo las azules del Oviedo, que casualidades del destino veían a dos gijoneses y además sportinguistas (García es socio) en lo alto del podio. Una rivalidad que, todo hay que decirlo, es ajena al mundo del atletismo.