Temporada 1991-1992. Andrés Iniesta solo tiene siete años, el Albacete afronta la temporada de su debut en Primera, y pone las bases del conocido como "Queso Mecánico", ya que al final de curso el conjunto manchego se quedó a un punto de disputar la Copa de la UEFA. Aún sí, esa temporada hubo un momento que quedó grabado en la memoria de Andrés Iniesta, y que hizo que por un momento aquel niño se hiciese del Madrid, sin saber que más tarde acabaría convirtiéndose en leyenda del Barcelona. "Mi primer equipo era el Albacete porque jugaba en el Alba. El Albacete vino un día a jugar al campo del Barcelona y el Barça le metió siete a mi equipo. Ahí pillé tal berrinche que me dije que el Barça no podía hacerle eso a mi equipo", señala Iniesta en una entrevista al programa televisivo "Chester", en alusión a la goleada por 7-1 del Barcelona al Albacete, en abril de 1992, con cuatro tantos de Stoichkov, dos de Bakero y uno de Koeman.

Iniesta, que será presentado este sábado en su nuevo club, el Vissel Kobe japonés, aún tiene la espina clavada de no poder haber disfrutado de un título más con el Barcelona esta temporada, ya que fueron eliminados en cuartos de final de la Liga de Campeones por la Roma, tras remontar los italianos en el partido de vuelta. "Si me dieran a elegir, cambiaría recibir el 'Balón de Oro' y en su lugar haber llegado este año a semifinales de Champions con el Barça".

"Jugar de otra manera"

El futbolista manchego, que aún tiene por delante la disputa del Mundial con la selección española antes de afrontar su nuevo proyecto en Japón, ahondó en los motivos de su marcha del Barcelona y en la necesidad que tenía a nivel personal de afrontar otro proyecto: "Me sería muy difícil dar toda la exigencia que implica y que merece el Barcelona. Dejarlo es lo más honesto por mi parte. Me voy para jugar en otra competición, con otra exigencia, en un mundo distinto. No me retiro, voy a seguir jugando, pero de otra manera". Iniesta, que dejó el Barcelona después de dos décadas y 32 títulos, reconoce también que le ronda en su cabeza la idea de poder ser entrenador algún día.