La planta de Coca-Cola en Colloto (Siero) ganó desde 2009, ya en plena crisis, hasta 2013 más de 60 millones, según las cuentas que manejan los trabajadores de la factoría, y que esgrimen como defensa ante los planes de cierre de la factoría. Los portavoces de la plantilla anunciaron también que se están preparando para llevar a cabo huelgas, paros y otras movilizaciones contra la decisión que inspira la multinacional. "Nuestro rechazo va a ser total", anunciaron los empleados.

Los trabajadores estiman que el 90% de los 144 empleados de Asturbega, la compañía asturiana fabricante de Coca-Cola, Fanta y otros refrescos, se verá afectado, de uno y otro modo, por el plan de cierre. Esa es una de las conclusiones a la que han llegado los sindicatos tras una primera lectura, aún incompleta, de la copiosa documentación que les aportó la dirección de Coca-Cola Iberian Partners, la sociedad matriz de todos los envasadores españoles.

Los trabajadores sostienen que de 2009 a 2012 la planta la planta de Colloto logró un beneficio de explotación (resultado de la actividad ordinaria, antes de gastos financieros e impuestos) de 55 millones. "Son datos públicos que están disponibles en el registro mercantil y que cualquiera puede consultar", señaló Israel García, portavoz del comité de empresa. Fuentes sindicales calculan que la planta generó, además, unos beneficios de unos seis millones de euros más a lo largo del pasado año. "Nunca habíamos tenido la necesidad de pedir las cuentas a la empresa, sabíamos que se ganaba dinero", apunta.

Coca-Cola tiene previsto prejubilar a unos 350 trabajadores, de los 750 que prevé despedir en España. No obstante, el comité de Colloto asegura que está medida no traumática tendrá un efecto muy limitado en la plantas, que tan sólo hay unos 9 ó 10 empleados que, por edad, podrían acogerse. La media de edad de los empleados es de 41 años.

Aunque en la documentación con la que la empresa justifica el expediente de regulación de empleo (ERE) hay -según el comité de Asturbega- algunas cifras equívocas y datos contradictorios, los sindicatos han estimado que de los 144 empleados de Asturbega (135 en Colloto y 9 en León), 137 sufrirán las consecuencias del ERE mediante despidos, traslados a otras regiones y prejubilaciones, sin que por ahora los sindicatos hayan podido colegir, de la documentación recibida, cuántos integrarán cada uno de esos tres destinos. En todo caso, las centrales creen que el impacto será "duro". Los sindicatos sostienen que los traslados a otras comunidades forzarán bajas voluntarias (despidos a petición de parte) por problemas familiares y económicos (caso de hipotecas). Además, aseguran que la empresa ha sido muy "vaga" a la hora de explicar como se harán los traslados.

"Es un cierre injustificado, una deslocalización de libro", dice Javier Fernández

El presidente del Gobierno asturiano, Javier Fernández, mostró ayer su indignación por el anunció del cierre de Coca-Cola. Según apuntó, "se trata de una deslocalización de libro" que, añadió, "no cuenta con razones tecnológicas ni económicas que la justifiquen". También culpó a la reforma laboral aprobada por el Gobierno de Mariano Rajoy de la decisión adoptada por la multinacional. "Sin esta medida legislativa sería muy difícil que una gran empresa tomara una decisión como esta. Se trata de una planta que está ganando dinero y que no tiene ningún problema tecnológico", resaltó durante su visita a la Feria Internacional de Turismo (Fitur) que se celebra en Madrid.

También añadió que "aquí (por España) se han dado unas facilidades a las empresas para favorecer este tipo de deslocalizaciones. Hay casos concretos en los que las regulaciones de empleo tienen todo el sentido en empresas inviables, que tienen dificultades objetivas y que hay que actuar. Pero en este caso no se inscribe en el marco de este tipo de cuestión. Estamos hablando de algo propiciado por la reforma laboral".

A nivel nacional los sindicatos han plantado ya movilizaciones a lo largo del mes de febrero. En concreto, todas las plantas de la compañía realizarán paros de dos horas al principio de cada turno los días 4, 6, 11 y 13 de febrero y, además, los días 18 y 20 del mismo mes realizarán paros de 24 horas. En Asturias, los trabajadores desvelaron ayer que se están estudiando también protestas adicionales.

"Nadie pensaba que nos iba a pasar esto", se lamentaba el portavoz de la plantilla Israel García, que lleva trabajando en la instalación más de 17 años, "porque realmente no hay nada que justifique esta decisión". Desde que se desvelaron las intenciones de la multinacional de cerrar la planta sierense, la actividad se ha mantenido sin paros. "Se está trabajando como una jornada normal, aunque es una situación triste porque la cabeza no la tenemos en lo que estamos haciendo", apunta García.

En un principio, los propios trabajadores calculan, que tras las medidas de ajuste que aplicará la multinacional (prejubilaciones, bajas incentivadas y traslados) en la planta asturiana se quedarán unos 16 empleados. "No sabemos muy bien qué función van a tener, ni que sentido tiene que sigan porque aquí", expuso García. Presumiblemente, estos trabajadores se ocuparían de tareas logísticas y comerciales. La plantilla confía en que durante las negociaciones entre los sindicatos y la empresa se despejen incógnitas.