Un catálogo comercial, muy similar a los de la multinacional sueca IKEA, contiene las propuestas electorales de Podemos. Un programa en el que el incremento del gasto público se fija en 60.000 millones, o sea, 36.000 menos que los propuestos el 20-D, según explicaron ayer la secretaria de Programa de la formación morada, Carolina Bescansa, y su responsable de Economía, Nacho Álvarez.

Podemos calcula que con este incremento del gasto público se dinamizará la economía hasta llevarla a una tasa media de crecimiento del 3,5% durante el periodo, lo que debería permitir dejar el paro en el 11% en 2019 (actualmente ronda el 20%). Esta cifra es tres puntos inferior a la que prevé el PP y dos puntos más baja que el 13% avanzado por los morados en sus propuestas para el 20-D. De esta manera, Podemos espera que al final de la legislatura haya 20,43 millones de personas trabajando en España.

Estos objetivos exigen que se modere la velocidad de reducción del déficit, a razón de un 0,75% anual, con lo que en 2016 debería quedar en el 4,3% (en lugar del 3,7% previsto). De este modo, la fijación de un déficit inferior al 3% del PIB quedaría para 2019. Según los cálculos de Podemos, esto dejaría un margen extra de 8.000 millones de gasto, que se sumarían a 14.100 reportados por el mayor crecimiento económico. Los 37.900 millones restantes hasta los 60.000 citados deberían salir de una reforma fiscal que incremente la presión sobre las rentas más altas y las grandes empresas, subiese los impuestos de Patrimonio y Sucesiones y estableciese un IVA más alto para los productos de lujo. Los tramos del IRPF a partir de 60.000 euros anuales serían los afectados por la subida, que llevaría al 55% el tipo impositivo para las rentas de más de 300.000 euros, frente al 45% que se practica en la actualidad.