La liberación de Ainhoa Fernández de Rincón, Enric Gonyalons y Rossella Urru, los dos cooperantes españoles y la italiana secuestrados en los campamentos saharauis de Tinduf (Argelia), puso fin ayer a casi nueve meses de privaciones y de esfuerzos de las autoridades para recuperarlos.

Fernández, Gonyalons y Urru fueron apresados el 22 de octubre y trasladados al norte de Malí por el grupo salafista Movimiento Unicidad y Yihad en África del Oeste (MUYAO), una rama de Al Qaeda para el Magreb Islámico (AQMI).

El ministro de Exteriores, José Manuel García-Margallo, eludió dar detalles sobre la liberación en Malí y si España ha pagado algún tipo de rescate. Tras resaltar la importancia de la discreción en estos asuntos, afirmó: «En estos temas el Gobierno ha hecho lo que tenía que hacer».

Al ser preguntado si España había pagado algún tipo de rescate, el Ministro no ha querido entrar en detalles, argumentando que «es necesario mantener cierta discreción». En este sentido, recordó que todavía hay otras dos cooperantes españolas secuestradas en Somalia y que cualquier revelación de secretos las podría poner en peligro.

García-Margallo reveló que las autoridades españolas habían podido hablar con los secuestrados hace unos días y que de la conversación dedujeron que su estado físico era bueno. Finalmente, aseguró que el «desenlace supone una liberación de una angustia sufrida día a día».

A continuación, el Ministro explicó que los tres cooperantes se estaban aproximando ayer tarde a una base segura, donde iban a ser recibidos por una autoridad española. A continuación serán llevados a la capital de Burkina Faso, donde un avión español les trasladará a Madrid. Fuentes diplomáticas indicaron a «Europa Press» que en ese vuelo también viajará la italiana.

El Gobierno consideró que se trata de un éxito del servicio exterior del Estado y destacó la colaboración con las autoridades de países de la región. La liberación fue recibida como una gran noticia en España, empezando por los Reyes, que enviaron telegramas de felicitación a los cooperantes.

Ainhoa Fernández, Enric Gonyalons y la italiana Rossella Urru fueron liberados en las cercanías de la localidad maliense de Gao, situada a unos 1.200 kilómetros al noreste de la capital, Bamako, según confirmó Sanda Uld, el portavoz del grupo salafista Ansar al Din, que mantiene fuertes lazos con el MUYAO.

Uld, que en un primer momento informó únicamente de Ainhoa Fernández, comentó a la agencia «Efe» vía telefónica que los rehenes habían sido entregados a mediadores de Burkina Faso, país que ya intervino en abril en la liberación de una suiza secuestrada en la localidad maliense de Tombuctú.

El norte de Malí, que incluye las ciudades de Kidal, Gao y Tombuctú, está totalmente controlado por el grupo radical islámico Ansar al Din, que recientemente arrebató Gao a los rebeldes tuareg del Movimiento de Liberación Nacional de Azawad (MNLA), con la ayuda de los combatientes del MUYAO.

Hace una semana, el MUYAO soltó también a tres de los siete diplomáticos argelinos que había secuestrado en Gao en abril.

La liberación ha coincidido con la publicación por parte de la agencia mauritana de noticias «ANI» de que el saharaui Mamine uld Ufkir, preso en Nuakchot por su implicación en el secuestro de los cooperantes y cuya salida de la cárcel era una de las condiciones exigidas por el grupo para poner fin al mismo, había sido trasladado desde la cárcel hasta un lugar desconocido.

Un movimiento que la agencia interpretaba como el posible preludio del fin del cautiverio. Las gestiones, que se han desarrollado con extrema discreción, se complicaron tras el golpe militar registrado en Malí el 22 de marzo, cuando el ministro García-Margallo reconoció que se estaba «muy cerca» de lograr una solución al secuestro.