Una multitud se congregó ayer en torno a la catedral del Salvador para participar en el acto presidido por el arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz. Sus primeras palabras aludieron a las campanas: "Suenan las campanas de la vida, para nosotros que podemos seguir contando, pero en lo alto de la Catedral también suenan las campanas de la muerte", Sanz.