La delegación china en Londres 2012 se ha mostrado muy molesta con las sospechas de dopaje contra su nadadora Ye Shiwen vertidas en algunos medios, señalando que si las victorias abrumadoras fueran sinónimo de consumo de sustancias prohibidas, habría que haber cuestionado las de Michael Phelps en Pekín 2008.

"Nunca cuestionamos a Phelps cuando se llevó ocho medallas en 2008", señaló al respecto el jefe antidopaje de la Administración Estatal de Deporte de China, Jiang Zhixue, ante las crecientes dudas sobre Ye, plusmarquista mundial y medalla de oro en los 400 metros estilos el pasado sábado.

"No me parece adecuado señalar con el dedo a los nadadores chinos una vez que consiguen buenos resultados. Algunas personas tienen prejuicios", añadió Jiang, quien aseguró que los deportistas del país en la especialidad "han pasado por un centenar de controles de dopaje desde que llegaron aquí (a Londres)".

"Han logrado grandes pasos adelante que son resultado de entrenamiento científico y duro trabajo", destacó el principal responsable chino en la lucha antidopaje.

En similares términos se expresó el jefe de la delegación china de natación, Xu Qi, quien también nombró a los nadadores estadounidenses: "Michael Phelps logró ocho medallas en Pekín, y Missy Franklin también es increíble, ¿por qué no puede China tener una nadadora talentosa?", preguntó.

"Los resultados de Ye Shiwen eran esperados, un poco mejores de lo que creíamos, pero no sorprendentes", aseguró Xu, destacando también que el ascenso de China en la natación es "el premio a muchos años de esfuerzos" en los que han colaborado entrenadores y preparadores extranjeros.

Las sospechas sobre Ye, una de las grandes sensaciones en la piscina olímpicas estos días, han circulado por los medios de todo el mundo desde su impresionante carrera del sábado, en la que los 50 metros finales los hizo en un mejor tiempo que el estadounidense Ryan Lochte, oro en la misma modalidad pero en categoría masculina.

Xu aseguró que esa comparación "no tiene sentido", argumentando que Ye en su final tuvo que esforzarse al máximo en los metros finales, ya que no iba la primera, mientras que Lochte pudo relajarse un poco en el último tramo ya que disfrutaba de una cómoda ventaja.

La propia nadadora, que también ha batido el récord olímpico de los 200 metros estilos en las semifinales, se defendió ayer de las acusaciones: "No hay dopaje alguno, el equipo chino tiene unas políticas antidopaje muy estrictas", aseguró.