La profesión periodística permite conversar a fondo con líderes con responsabilidades en las más variadas actividades profesionales, organizaciones sociales, empresariales y administraciones públicas. Este privilegio profesional en Gijón se refuerza, con buen gusto y más placer, con los encuentros gastronómicos y amistosos, que se repiten días y semanas sin interrupción. En buena parte de las conversaciones se repite la misma cantinela: «Esto lo cuento aquí, entre nosotros». Y cuando ante una reflexión interesante se propone llevarlo al periódico, la respuesta suele ser la misma: «Eso no lo puedo decir en público». Y eso suele referirse a los temas más variados, pero, en general, para poner en cuestión algunos de los aspectos políticos, sindicales y económicos que nos rodean. Asuntos que en la mente de todos provocan un cataclismo con sólo plantearlos. Hay pavor a decir la verdad. Y no en el sentido de no mentir, en el de manifestar con rotundidad temas capitales que hay que resolver. Somos rehenes de lo políticamente correcto.