Raquel NOGUEIRA

Con una misa funeral emotiva, llena de recuerdos y en la que se dio realce a sus muchos años de labor solidaria y en favor de los discapacitados fue despedida ayer en la iglesia parroquia de San José la gijonesa María Josefa Prendes Quirós. Fallecida en Oviedo a los 77 años, los testimonios de duelo y condolencias se trasladaron en estos días a sus familiares más cercanos, sus hermanos María Eulalia, Pedro y, el abogado, escritor y colaborador de LA NUEVA ESPAÑA, Francisco Prendes Quirós, así como también a sobrinos, amigos y convecinos.

Durante la ceremonia religiosa el sacerdote jesuita Javier Ilundain, que ofició el funeral junto al también sacerdote Mariano García -ambos compañeros de María Josefa en la Fundación madrileña Nuestra Señora del Camino- hizo mención a la implicación cristiana y de apoyo a los discapacitados psíquicos que la difunta, que trabajó durante décadas en Madrid en la Conferencia Episcopal, realizó en vida. María Josefa Prendes Quirós desarrolló desde los años setenta una importante tarea tratando de acercar a los discapacitados a la Iglesia. Su lucha victoriosa, en la misma época, por conseguir que la Conferencia Episcopal aceptara que los dicapacitados recibiesen el sacramento de la comunión, así como la posterior batalla para que les fuera permitido recibir la confirmación.

María Josefa Prendes creó y difundió, hace más de treinta años, la labor del «Club Avanza» de apoyo psicológico a niños con discapacidades. Y puso en marcha, por primera vez en España, las «Comunidades de Fe y Luz», en las que instaba a los familiares y amigos de los discapacitados a trabajar con ellos, participar activamente en sus terapias y ayudarles a tener una vida lo más normalizada posible.

Estrechamente vinculada a la Fundación Nuestra Señora del Camino, la entregada gijonesa fue impulsora de varias residencias para discapacitados psíquicos. Organizaba, también, todos los años, campamentos de verano para los enfermos más pequeños. Y su ayuda se extendió por diferentes parroquias madrileñas.

Ayer, tras la misa funeral, eran muchos los allegados a la familia Prendes Quirós que recordaban a María Josefa como una mujer «modesta e involucrada» con lo que hacía. Una gijonesa que se demostró amante de su trabajo y de aquellos a los que había decidido ayudar intensamente.

Tras la ceremonia religiosa, los restos mortales de María Josefa Prendes fueron trasladados al tanatorio Gijón Cabueñes para proceder a su incineración.