En el año 2002, la Consejería de Educación del Principado de Asturias crea la Escuela Superior de Arte Dramático (ESAD), con dos especialidades: Interpretación Textual y Dirección de Escena y Dramaturgia. ¿Es un capricho de la Consejería? No. Es la respuesta institucional y necesaria a una exigencia de años del teatro asturiano: la de ofrecer al ya maduro mundo de la escena de Asturias una formación reglada rigurosa y adecuada al desarrollo de las artes escénicas y del espectáculo en el siglo XXI, que exige profesionales con formación superior homologable en cualquier país de Europa. Con la creación de la ESAD, pues, no sólo se ponía al alcance del teatro asturiano una herramienta imprescindible, sino que se colocaba a Asturias en Europa en lo que se refiere a Enseñanzas Superiores de Arte Dramático. La ESAD de Asturias formaría parte de lo que hoy se denomina Espacio Europeo de Enseñanzas Artísticas Superiores, lo que permitiría a nuestro alumnado realizar parte de su formación en cualquier otra Escuela europea, así como recibir aquí alumnado de otros países; permitiría intercambios de profesorado, y abriría todo un abanico de posibilidades para intercambios de toda índole que contribuirían a hacer nuestra ESAD más apta para lo que es su objetivo principal: formar artistas que vivan en contacto con el arte vivo universal.

Pero es que, además, la existencia de la ESAD, sobre todo a raíz de su ubicación en las magníficas instalaciones de la Laboral, constituye un referente en toda España. A la ESAD acuden alumnos de todas partes de nuestro país, y también de Latinoamérica. La ESAD ha consolidado relaciones con las otras escuelas superiores de arte dramático de España a través de ACESEA, organización que las agrupa junto a los conservatorios superiores de música, y a través de intercambios de los trabajos realizados en las dos especialidades con escuelas como las de Murcia, Málaga, Madrid... La ESAD ha sido anfitriona nada menos que del último congreso (a finales de 2008) de la Asociación de Directores de Escena de España.

Y, de pronto, se quiere acabar con todo esto desde la Consejería de Educación del Principado. Con la torpe excusa de que la especialidad de Dirección de Escena tiene pocos alumnos, tratan de extinguir estas enseñanzas y sustituirlas por las de Danza de grado medio, con lo cual conseguirían rebajar la categoría de la ESAD, que dejaría de ser escuela superior al cabo de algunos años (pues para serlo debe impartir dos especialidades) y cerrar una ventana al resto de España y a Europa que ya estaba abierta y empezaba a dar sus frutos.

Casi da vergüenza tener que explicar que la especialidad de Dirección de Escena tenga pocos alumnos, aquí y en la RESAD de Madrid, por poner un ejemplo que no deja lugar a dudas. ¡Pues claro que la especialidad de Dirección de Escena tiene -y tendrá siempre- muchos, muchísimos menos alumnos que la de Interpretación! Por la simple razón de que, en un espectáculo, podrá haber desde un intérprete hasta cien, pero sólo un director o directora. Por la sencilla razón de que el perfil de las personas que se encaminan hacia los estudios de Dirección Escénica, hoy por hoy, es distinto y mucho más minoritario que el de quienes optan por Interpretación. ¿Es que no sabía esto la Consejería cuando implantó en el año 2002 estas enseñanzas? ¿Es que no lo sabía ya bien sabido cuando, el año pasado -sí, en 2008-, convocó oposiciones para dos plazas de Dirección Escénica, que hoy ocupan, perplejos, dos profesores que no saben si tendrán que extinguirse ellos también junto a las enseñanzas para las que opositaron?

¿Puede ser tan frívola e inconsciente una Consejería de Educación y Ciencia del Principado de Asturias? Pues sí, puede serlo. Frívola, inconsciente, miope y sin visión de futuro. Porque, según los datos que van llegando deshilvanados (porque la Consejería no ha informado a su debido tiempo a quienes debía informar, ha tomado estas medias a la chita callando, con nocturnidad y alevosía, lesionando derechos laborales y vulnerando la legalidad del modo más chapucero y antidemocrático posibles), al parecer, el señor Menéndez del Campo, jefe de Enseñanzas Artísticas, y el señor Riopedre, jefe de todos los desaguisados de la Consejería, tienen sin resolver el problema de las enseñanzas de Danza en esta región desde hace años. Y un buen día fueron de visita a las instalaciones de la ESAD, que ellos no habían construido, pues asumió su coste Laboral Ciudad de la Cultura, y se dijeron: «Huy, qué cosa más grande. Pues aquí podíamos meter la danza y nos quitábamos un problema de encima». Una ocurrencia sobre la marcha con la que quieren cargarse un gran proyecto.

Cuando la Consejería de Educación nos mostró en su día al equipo directivo de la ESAD los planos de la que iba a ser la Escuela que ellos proyectaban en la Laboral, lo que pretendían hacer era, ni más ni menos, una especie de Instituto de Secundaria. La Consejería no podía correr con los gastos de una ESAD de verdad, con las instalaciones necesarias. Menos mal que la Consejería de Cultura, a través de Laboral Ciudad de la Cultura, se hizo cargo de la financiación de las instalaciones de la ESAD, que hoy podemos presumir de que sea una de las mejores Escuelas Superiores de Arte Dramático de España. Pues con la danza parece que ocurra otro tanto. La Consejería de Educación debía haber previsto la necesidad de dotar a Asturias de un Conservatorio de Danza como manda la ley. Pero no, la improvisación y la chapuza dictaron al señor Menéndez del Campo y al señor Riopedre acabar con el proyecto de la ESAD y crear un bodrio, un esperpento llamado Escuela de Arte Dramático y Danza, que, al no haber híbrido semejante ni en España ni en Europa, quedará en el limbo de las ideas geniales de nuestros ocurrentes gobernantes, desandará todo el camino andado hacia una inclusión de la ESAD en el Espacio Europeo de Enseñanzas Artísticas Superiores y cerrará a cal y canto las puertas abiertas al futuro.

Sé que al señor Riopedre, al señor Menéndez y al señor Tini Areces, que parece asumir la chapuza de sus subordinados, esa ocurrencia los libera de tener que pensar en lo que el proceso de Bolonia supone para las Enseñanzas Artísticas Superiores, en los convenios de éstas con la Universidad que pueden dinamizar las enseñanzas de uno y otro lado, en la constitución, por ejemplo, del Instituto Superior de Enseñanzas Artísticas de Asturias, que coordine estas enseñanzas y las potencie. No. En otras comunidades ya tienen creada esa institución. En Asturias, no, faltaría más: en Asturias vamos a ser originales, únicos; vamos a crear un engendro que no existe en ningún lugar de España, que existió en su día y dejó de existir por ley y porque era impracticable la convivencia de unas enseñanzas superiores junto a otras de grado medio en el mismo edificio, con la misma dirección, con las mismas normas... Pero en Asturias nuestros gobernantes miran hacia el pasado con osadía y están decididos a que seamos cola de ratón en vez de cabeza de león. El señor Menéndez del Campo argumenta en artículo publicado en LNE el 13/07/2009 que existe una tendencia en las artes del siglo XXI a integrar teatro y danza. Yo diría más: a integrar teatro, danza, artes plásticas, música... ¿Por qué, pues, no crear una Escuela Superior de Arte Dramático, Danza, Plástica y Diseño y Música? Porque es una memez, porque a cualquiera se le ocurre que si las artes tienden a fundirse a nivel espectacular, sus enseñanzas -que es de lo que se trata- se imparten en centros especializados, como muy bien recoge la LOE y parece olvidar el señor Menéndez del Campo.

Una última apostilla: en las mismas páginas de LNE aparece una entrevista a Elisa Novo, presidenta de la Asociación de Danza de Asturias, donde habla de que la Consejería va a crear, con la incorporación de danza profesional a la ESAD, un Conservatorio de Danza. Nada más lejos de las intenciones de la Consejería. No van a crear un Conservatorio, van a dar a luz a un engendro que descabalará las enseñanzas superiores de Arte Dramático de Asturias y hará una componenda con las justas aspi-raciones a un Conservatorio de Danza como la ley exige.