J. L. ARGÜELLES

El superpuerto asturiano ha iniciado su cuenta atrás: dentro de un año, en octubre de 2010, los trabajos de ampliación que se ejecutan al pie del Cabo Torres deben estar concluidos. Según las previsiones más prudentes de la Autoridad Portuaria de Gijón, por los muelles de El Musel tendrían que moverse en esa fecha 25,3 millones de toneladas, pero la evolución de los tráficos muestra que la dársena estará lejos de ese objetivo, uno de los datos para justificar la mayor obra licitada en el Principado, con un presupuesto final de 715,6 millones (sin IVA), tras acumular un sobrecoste de 216 millones (sin IVA).

La fuerte caída de los tráficos a lo largo de los ocho primeros meses de este año, con una bajada de 4,6 millones de toneladas respecto al mismo período de 2008, ha encendido algunas alarmas. Y es que más allá de la evidente incidencia de la crisis económica en ese pésimo dato, El Musel no ha podido cumplir ni una sola de las previsiones de tráficos con las que se argumentó la necesidad de una ampliación que duplicará la actual capacidad portuaria. Es más, el Puerto acabará este año con un movimiento de mercancía muy por debajo de las 21,7 millones de toneladas que movió en 2005, el ejercicio en el que arrancó la obra de ampliación.

Los datos publicados por este diario el pasado viernes indican que El Musel ha registrado una bajada de tráficos hasta agosto del 33,62 por ciento, más del doble de la media estatal. Es cierto que la crisis ha repercutido en la actividad portuaria mundial, incluida la española, pero las instalaciones gijonesas registran la mayor caída de los diez grandes puertos nacionales. Esa bajada se ha concentrado en los graneles sólidos (4,3 millones de toneladas), y es achacable al recorte de producción de Arcelor-Mittal, así como al menor desembarco de carbón para las empresas eléctricas. Una de las razones aducidas para la obra de ampliación es, precisamente, el traslado de la terminal de minerales (EBHI) desde su emplazamiento en el dique Príncipe de Asturias al nuevo muelle norte. La explicación es que las instalaciones están saturadas y al límite de su capacidad.

En abril de 2002 trascendieron algunos de los números del plan director del Puerto, con las previsiones de tráficos hasta el año 2020. El Musel movería en esa fecha, según el citado documento, 36,7 millones de toneladas, y el próximo año, 31,4 millones de toneladas. Esos datos fueron corregidos dos años después a la baja, según consta en la publicación «Puertos», pero aun así el cálculo para 2020 era de 29,1 a 33,5 millones de toneladas, y para 2010, de 25,3 a 27,2 millones de toneladas. Cada una de las previsiones efectuadas para los ejercicios transcurridos desde que empezó la obra ha resultado errónea, y en ningún caso se superó el registro de 2005: 21,7 millones de toneladas, cifra récord en la historia de El Musel. Todo apunta a que este año los tráficos estarán por debajo de los 19 millones de toneladas. Sería el peor resultado de la década.