María IGLESIAS

Cristina Díaz Alonso siempre tuvo claro cuál sería el traje de novia con el que se iba a casar, sólo que sus deseos no encontraban hechura en ninguna tienda. Llevaba meses buscando, sin éxito, ese vestido cuando la oportunidad de crearlo con sus propias manos se le presentó en forma de papel y boli. «Estaba navegando por internet, liada con los preparativos de la boda, cuando vi la página web de Virginia Abzueta; no me lo pensé dos veces», relata esta ovetense afincada en Madrid.

Virginia Abzueta, la diseñadora venezolana que regenta una tienda en Gijón, ofrecía a las futuras novias la posibilidad de idear su propio traje de boda mediante el envío de un boceto. El más original ganaría un premio: la modista se lo fabricaría gratis. «Sin más, cogí papel y un rotulador, pinté lo que quería y lo llevé a Correos; cuando lo hice ya se estaba acabando el plazo para la presentación», cuenta la ya ganadora del premio, Cristina Díaz.

«No me costó nada porque tenía muy claro lo que quería», dice Cristina, quien reconoce que «nunca se me dio bien dibujar». «Soy comercial en una industria farmacéutica, algo que no tiene nada que ver con el dibujo; mis amigas están muy intrigadas con el diseño del traje, me dicen: "¡Qué habrás hecho, con lo mal que pintas!"», bromea la asturiana. Sin embargo, Virginia Abzueta no es de la misma opinión que su cliente: «Elaboró un traje sobrio, con líneas muy minimalistas, vistoso y original», señala la modista. Por su parte, Cristina -que se casa el próximo 17 de abril en el Ayuntamiento de Oviedo- define el modelo de «líneas sencillas con toques originales».

«Ganar el premio es como un regalo, llevaba tiempo buscando el vestido de novia y como no encontraba nada, ya había comprado hasta la tela para acudir a una modista», dice la joven. «A los pocos meses, me llegó el mail de Virginia (Abzueta) anunciándome que era la ganadora, no me lo creía», añade.

Aunque no puede desvelar muchos detalles del diseño, Cristina adelanta que será un traje realizado con micado de seda natural. «No puedo decir nada para que no sepan cómo voy a ir vestida», aclara la ganadora. Esta semana, Cristina llegó desde Madrid para tomarse las primeras medidas; luego pasará otras dos veces más.

«Primero me toman las medidas, más tarde se realiza un boceto del vestido y después el vestido definitivo», explica la futura novia, que conoció a Virginia Abzueta la primera vez que acudió a la toma de medidas. «Una de las exigencias del concurso era que se presentaran bajo un seudónimo, no queríamos saber de quién eran los diseños», explica la modista. Cristina acudió al certamen bajo el apodo de «Titi», «así es como me llaman mis sobrinos», aclara.

Al concurso se presentaron más de medio centenar de bocetos, aunque el ganador fue «sin dudas» el de Cristina. El jurado -formado por la propia Abzueta, el fotógrafo Rubén Fernández, el artista plástico Carlos García y la bióloga y cantante Helena Gil- lo tuvo claro desde el primer momento.

«Todos coincidimos en escoger su diseño porque era sencillo, pero distinto, y además estaba hecho con un porqué», apunta Abzueta. El éxito de la convocatoria fue tal que para el próximo año prevén ampliarlo a trajes de fiesta. «Mucha gente nos dice que quiere tener uno de nuestros diseños, pero que no se quiere casar, así que propusimos esta nueva modalidad», añade la modista.