"Calavera", el oso que come tocino en Yernes y se hace famoso entre los vecinos de Grado: "Acaba con todo lo que pilla"

El plantígrado acude a una casa de Vendillés buscando comida y fue grabado el pasado martes por la noche accediendo a la zona delantera de la vivienda

"Calavera", el oso que come tocino en Yernes y Tameza se hace famoso entre los vecinos de Grado: "Acaba con todo lo que pilla"

"Calavera". Es el nombre que le pondría Jorge Morán Espejo al oso que visita su casa en Vendillés (Yernes y Tameza) si tuviera que bautizarlo, porque "se lo come todo y acaba con todo lo que pilla". No le ha puesto apodo oficialmente, pero cree que este le iría bien. "Además tengo un perro que se llama 'Pirata' y también por ahí viene la cosa", explica. El animal se acerca en busca de alimento y, entre otras cosas, ha encontrado tocino, del que no deja ni rastro.

La última vez que el plantígrado hizo excursión fue este pasado martes, ya con la noche caída, momento en que el propietario del inmueble pudo grabarle. El vídeo está corriendo como la pólvora en redes sociales y entre los vecinos de Grado, municipio limítrofe y con gran vinculación con el de Yernes y Tameza.

"Lo come todo", explica Morán, en referencia al "tocín" que deja para sus perros cuando se va y que últimamente va a parar al estómago del oso. El dueño de la casa reside en Gijón, pero tiene la vivienda de Yernes y Tameza para pasar fines de semana y vacaciones "en la naturaleza, que me gusta mucho". Recuerda que el oso ha entrado varias veces en su propiedad -"hasta al hórreo llegó"- y que le "acabó" con panales de miel que también tuvo hace unos años. "No sé si el oso era el mismo que ahora, pero el que viene estos días sí es el mismo", dice.

De momento, está trabajando en cerrar bien el exterior de la propiedad y "electrificar un poco" para evitar las visitas nocturnas del animal, que en el vídeo llega y pasa entre los perros en busca de alimento en la zona en la que el dueño lo deja para los canes. Por comer se ha comido hasta el pienso y tras sus intrusiones queda todo patas arriba. "Con los perros no se mete, viene a buscar comida sin más", explica Morán, que toma el asunto con humor, aunque reconoce que los destrozos que a veces causa cuestan dinero, al igual que el tener que reforzar las medidas de cierre.