M. SUÁREZ

Incertidumbre y «un enorme malestar». Es lo que la Consejería de Educación ha causado a las familias que tienen matriculados a sus hijos en la escuela infantil de Montevil. Y, ayer, muchas de estas familias ponían en común sus críticas a la decisión del Principado de cambiar el modelo de gestión de los centros públicos de 0 a 3 años. «Digan lo que digan, esto acabará repercutiendo en la calidad educativa», sostienen.

El gobierno regional, dentro de su estrategia para recortar gasto público, ha decidido cesar a los directores de sus escuelas de educación infantil para ponerlas en manos de un equipo de seis coordinadores. Sólo en Gijón, funcionan diez centros de este tipo, a los que pronto habrá que añadir el de La Camocha y el de Nuevo Gijón, así como la ampliación prevista en el de Montevil. Más de 800 alumnos bajo la dirección de dos únicas personas, que son las que el Principado tiene previsto destinar a la ciudad.

«Los padres están preocupados. Se preguntan: ¿dónde van a estar esos coordinadores? ¿cuándo van a venir al centro?», se hace eco Sabino Gómez, que el próximo 31 de agosto tendrá que dejar su puesto como director de la escuela de Montevil. Ayer, se reunió con unas cuarenta familias para informarles del giro que ha decidido dar la Consejería de José Luis Iglesias Riopedre. «Estamos hablando de un tema muy sensible como es la educación. El Principado pretende echar abajo un modelo que estaba funcionando muy bien. Es normal que discrepen», comparte Sabino Gómez.

De la reunión celebrada ayer entre las familias y el todavía equipo directivo de la escuela de Montevil salió la determinación de remitir un escrito de protesta tanto al Gobierno del Principado como al Ayuntamiento de Gijón. Pretenden, así, dejar constancia formal de su rechazo a la nueva gestión de las guarderías públicas. «Si quieren recortar, ¿por qué no prescinden de concejales, consejeros y asesores, que hacen menos falta que los directores de escuela», plantean. La comunidad de padres no sólo critica al Principado por su decisión política. El hecho de que «nadie de la Consejería de Educación nos haya informado directamente» también ha causado «indignación».