M. C.

M. CASTRO

Un conflicto laboral originado por la UTE Servicios Ferroviarios de El Musel (Logirail y Continental Rail), al prescindir de siete de sus once trabajadores en el Puerto gijonés, derivó ayer en el bloqueo de dos trenes de Renfe, que habían cargado cereal en el muelle Moliner, con destino a una empresa de Arévalo. Un tercer tren, que llegaba de vacío al puerto para cargar la misma mercancía, tampoco había podido llegar a su destino a primera hora de la noche de ayer.

Los trabajadores cesaron pacíficamente su protesta alrededor de las siete y cuarto de la tarde, tras la intervención de agentes del Cuerpo Nacional de Policía. Aun así, la UTE no pudo reanudar el servicio a los clientes, debido a que los trabajadores que contrató para hacerse cargo de los trabajos no presentaron las habilitaciones para trabajar en el Puerto ni sus contratos laborales, que les exigió un trabajador de la Autoridad Portuaria, según explicó Rubén Fernández, delegado sindical en la UTE.

La protesta quedó zanjada con la intervención de agentes del Cuerpo Nacional de Policía, que disolvieron pacíficamente a los trabajadores. Tras la intervención policial, el delegado del Gobierno, Gabino de Lorenzo, arremetió contra el presidente de la Autoridad Portuaria, Emilio Menéndez, al que envió una carta en la que le reprocha «su incapacidad para resolver un problema de carácter doméstico en la empresa que preside». De Lorenzo sostiene que la Autoridad Portuaria requirió la intervención policial a las seis y ocho minutos de la tarde (la protesta comenzó hacia las siete de la mañana). Según el delegado, Menéndez está obligado, como presidente de El Musel, a intervenir «en los problemas laborales que en el ámbito del organismo se produzcan y, en mayor medida, cuando los mismos puedan ocasionar perjuicios indeseables para nuestra región».

La Autoridad Portuaria va a sacar a concurso el servicio ferroviario en El Musel. Mientras, ha prorrogado un mes a la UTE que ha prescindido de siete obreros alegando que no es una prórroga, sino un nuevo contrato.

El consejo de administración de la Autoridad Portuaria de Gijón decidirá hoy sobre el otorgamiento definitivo de la concesión de 11.249 metros cuadrados en el muelle de La Osa, para la instalación de un centro de transferencia de residuos peligrosos y no peligrosos y productos químicos, que incluirá una terminal ferroviaria para recibir esa mercancía en bidones o en contenedores cisterna o de otro tipo.

En el caso de que el proyecto reciba la autorización definitiva del Puerto, las obras podrían comenzar en el plazo de un mes, cuando se prevé que concluya toda la tramitación ambiental en la Consejería de Medio Ambiente del Principado.

La futura terminal de residuos peligrosos y no peligrosos de El Musel se instalará en el antiguo muelle de desguaces, junto al helipuerto. La capacidad de almacenamiento de la terminal será de 2.000 toneladas. Contará con un almacén de 840 metros cuadrados para productos paletizados y otro de 1.100 metros cuadrados para isocontenedores, una báscula y un edificio prefabricado de oficinas. La mercancía que llegue a la terminal por ferrocarril se exportará a otros países de Europa en barcos portacontenedores. Gran parte de la mercancía, los disolventes usados, se enviará a una fábrica de Portugal para ser reciclada. La terminal también recibirá plástico de Cogersa y está interesada en comercializar compost del consorcio público.