M. C.

Los reparos de Arcelor-Mittal a trasladar la terminal de graneles sólidos del muelle Marcelino León al nuevo Muelle Norte también tienen un efecto colateral en otro de los proyectos previstos cuando se ideó la ampliación portuaria: conseguir una gran terminal de contenedores capaz de competir con las principales de Europa en la captación de tráficos transoceánicos. Una idea para aprovechar la ampliación del canal de Panamá, que entrará en servicio en 2015 y abrirá nuevas líneas de navegación con Europa para buques capaces de transportar hasta 12.000 contenedores de 20 pies (o su equivalente), que ahora no pueden atravesar el canal. Este hecho favorecerá en España a los puertos del norte por su posición.

Tras el rechazo de Arcelor al traslado de EBHISA, el puerto analiza la posibilidad de que la terminal de contenedores vaya al nuevo muelle norte. Una ubicación que no quedará clara hasta que se decida qué ocurre con los graneles.

Mientras, el puerto de El Ferrol ha tomado la delantera. En mayo de 2011 adjudicó al grupo portugués Mota-Engil 35 hectáreas de su ampliación, con un muelle de 20 metros de calado. La empresa va a invertir 100 millones de euros. Los 17 primeros, para habilitar 6,15 hectáreas y dos grúas-pórtico, que trasladará desde Algeciras, para barcos de hasta 10.000 contenedores con el objetivo de mover en un año 50.000 unidades. El gran salto lo prevé dar en 2015, cuando entren en servicio grúas para buques de hasta 18.000 y 22.000 contenedores, y se cree una conexión ferroviaria, con el objetivo de llegar a medio plazo al millón de contenedores anuales (la terminal tiene capacidad para 1,5 millones). La oferta se ha presentando en ferias logísticas europeas y americanas.