J. M. CEINOS

«Una de las empresas más representativas de Asturias» y que «permitió el crecimiento de la industria agroalimentaria asturiana» es Valle, Ballina y Fernández, la más que centenaria razón social (se constituyó como sociedad regular en 1890) ceñida al territorio de Villaviciosa, en palabras que Francisco Álvarez-Cascos Fernández, presidente del Gobierno de Asturias, pronunció anoche en el teatro de Laboral Ciudad de la Cultura, en el acto en el que la familia Cardín Fernández, propietaria de la citada firma, recibió el III Premio «Empresa familiar», otorgado por la Asociación Asturiana de Empresa Familiar. En las dos ediciones anteriores, recibieron el galardón las familias Fernández-Vega y Adaro, respectivamente.

El jurado, por unanimidad, concedió el tercer premio a la familia Cardín Fernández por «su determinación a la hora de conjugar tradición y modernidad, lanzando más allá de nuestras fronteras un producto tradicional, manteniendo la calidad; así como por su compromiso con la divulgación del patrimonio histórico relacionado con el mundo de la sidra y la manzana, junto con su reseñable compromiso social y eficiente gestión empresarial, que alcanza ya la quinta generación».

En el acto, además del presidente del Gobierno de Asturias, intervinieron la alcaldesa de Gijón, Carmen Moriyón; el presidente de la Asociación Asturiana de Empresa Familiar, Luis González Revert; Juan José Barragán y Pablo Junceda, en representación de Garrigues Abogados y Banco Herrero, respectivamente, firmas patrocinadoras del premio, igual que el Ayuntamiento de Gijón. Entre los asistentes se encontraba Severino García Vigón, presidente de la Federación Asturiana de Empresarios (FADE)

En nombre de la familia Cardín Fernández, agradeció el premio José Cardín, gerente de Valle, Ballina y Fernández, quien significó que el apellido de unión familiar es Fernández, desde el nacimiento, en 1714 en la parroquia de Cazanes, de Antonio Fernández.

Respecto a la guía empresarial de su familia, José Cardín destacó el «trabajo serio, el arraigo de la tierra y el compromiso con el entorno geográfico y social», y siempre «teniendo claro el legado» de los antepasados, así como «sus valores y sus principios».

Por su parte, la alcaldesa de Gijón contrapuso el buen hacer de las empresas familiares frente al tipo que denominó «empresario tiburón», interesado sólo «en los negocios especulativos», mientras que Luis González Revert agradeció a la familia Cardín Fernández el tener «una enorme capacidad de resistencia en tiempos difíciles, interés constante por crecer e invertir en el futuro de generaciones venideras».