"Tú un día ganarás el 'Nadal'". Fue el vaticinio que la catedrática María Elvira Muñiz le hizo a Carmen Gómez Ojea a principios de los años sesenta, cuando la escritora cursaba el PREU (curso presuniversitario) y escuchaba atenta, en las clases que su profesora dedicaba a la literatura, las explicaciones sobre la novela "El curso", con la que Juan Antonio Payno había ganado el prestigioso premio en su edición de 1961. La predicción se cumplió dos décadas después gracias a la novela "Cantiga de agüero". La escritora gijonesa cuenta, con esa inclinación tan suya por el detalle significativo, que ahora llama a su amiga y vieja maestra "la profetisa Débora", en referencia a las artes adivinatorias de la única mujer que fue, según la Biblia, jueza de Israel.

Carmen Gómez Ojea recordó ayer esta historia, y alguna que otra de sus tiempos de precoz escritora cuando cursaba Bachillerato en el colegio de La Asunción, al recoger el galardón "María Elvira Muñiz" que el Ayuntamiento concede a una persona de acreditada trayectoria literaria. "Es un premio que me emociona por múltiples motivos", señaló la narradora y colaboradora de LA NUEVA ESPAÑA.

"Marial fue profesora mía en dos cursos de Bachillerato y en el PREU", explicó Gómez Ojea. María Elvira Muñiz dedicó su vida a la enseñanza de la literatura y de la lengua española. De ahí que este premio que reconoce la labor de autores o centros educativos que destacan por su apoyo a la lectura lleve, desde hace cinco años, el nombre de la popular catedrática. En esta quinta edición ha sido premiado, asimismo, el colegio público Antonio Machado. El jurado estuvo formado por Francisco García Pérez, crítico y columnista de este diario; los escritores Paco Abril y Humberto Gonzali, así como por Fernando Fernández Albella, director de la biblioteca pública "Jovellanos".

"Como es un reconocimiento a toda una trayectoria, creo que debemos recordar hoy aquí a todos los que hicieron posible, con su ilusión y esfuerzo, que nuestro colegio haya podido mantener desde 1982 hasta hoy el premio de poesía ´Antonio Machado´", indicó, por su parte, el director del colegio galardonado, José Ángel Sánchez.

Gómez Ojea se sintió emocionada, asimismo, por recibir el premio en el Centro Antiguo Instituto, uno de los lugares de su infancia gijonesa junto con la plaza del Parchís y aledaños. "La infancia es la patria de todos los adultos", dijo, parafrasenado al poeta Rainer María Rilke, para quien la infancia era la auténtica patria del hombre. La escritora relató otra anécdota, a cuenta de su examen de reválida de cuarto de Bachillerato. Un cuento que recordó por lo menudo y en el que el tribunal que lo leyó en su día vio, tratándose de una muchacha de catorce años, sólo un texto "rayano en lo blasfematorio".

"Hay premios que son prestigiados por sus ganadores", hizo destacar, por su parte, el concejal de Cultura, Carlos Rubiera. Una pena, sin embargo, que la entrega de estos galardones, que en sus primeras ediciones tenían una categoría más, haya sido alejada del salón de actos del Antiguo Instituto hasta convertirla casi en un trámite administrativo.