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Padres y madres entre los pupitres

Más de doscientos progenitores de alumnos del Codema comprueban in situ las metodologías de estudio de la escuela actual

Tres padres observan una de las clases impartidas a sus hijos en el Codema. ÁNGEL GONZÁLEZ

No tuvieron que memorizar los ríos ni la geografía española. Tampoco hubo ningún castigo de estar de rodillas frente a la pizarra por hablar. Del respeto y la rigidez del profesor pasaron al diálogo y al razonamiento. Y el trabajo en grupo y las nuevas tecnologías formaron parte del nuevo aprendizaje. Más de 200 adultos regresaron ayer a las aulas dentro de las jornadas de puertas abiertas del Codema. Durante casi tres horas participaron en una experiencia que les permitió observar de primera mano las clases ordinarias de sus hijos y después les tocó realizar varios ejercicios para comprobar las nuevas metodologías y actividades de aprendizaje.

"¿Quién me ve y quién me escucha?", al igual que con sus alumnos, el director del Colegio Corazón de María, Simón Cortina, pedía atención a los padres tras finalizar un ejercicio de trabajo común en el que comparaban su escuela tradicional con la actual. De uno en uno iban levantando la mano hasta que el silencio total dejaba paso a la reflexión. "Así hacemos con vuestros hijos", sonreía el director del centro, que valoraba de forma muy positiva esta primera edición de las jornadas: "El objetivo era que nos contasen lo que les llamó la atención. Estuvieron todos muy participativos. Y que vieran también de qué tipo de educación venimos y hacia donde queremos ir".

Dos de las madres que participaron en esta actividad fueron Sonia de la Ponte y Raquel Jiménez. La primera tiene un hijo, Pablo Martino, estudiando en 6º de Primaria. La segunda cuenta con una hija en el centro, Iciar Dorado, que cursa 1º de primaria. "Antes solo participaba el que más sabía o el que era el preferido del profesor. El modelo actual permite una mayor implicación de todos. Es muy importante que el profesor estimula al alumno para que participe en clase", señala Jiménez, que explica los beneficios de este tipo de trabajo: "Les abre mucho más la mente. En mi empresa veo como los jóvenes llegan mucho más cualificados y se integran para el trabajo de grupo gracias a ese nuevo tipo de formación que han recibido en las escuelas". Aunque este método también suscita algún tipo de dudas, en especial entre los alumnos de mayor edad. "El trabajo lo veo un poco caótico", reconoce de la Ponte.

La jornada de puertas abiertas se desarrolló también para los padres de los alumnos de educación infantil de Contrueces. Más de 200 padres de los 1.550 alumnos del centro participaron en esta actividad. "Son momentos importantes y que enriquecen. A los padres les llama la atención y les sorprende porque es distinto a lo que ellos vivieron. Pero se dan cuenta que esto se adapta a las exigencias de preparación de la sociedad en la que les ha tocado crecer a sus hijos", señala el director del Corazón de María.

La disposición de las clase, con mesas agrupadas de cuatro en cuatro, el debate sobre si es conveniente una posición intermedia entre la rigidez tradicional del profesor con la cercanía del actual, o la necesidad de hacerles preguntarse los porqués en detrimento de tanta memorización fueron algunas de las cuestiones que los padres, desde el pupitre, reflexionaron junto al equipo de dirección del centro. "No esperábamos una respuesta tan positiva. El interés de los padres por participar es enorme. Deben ser coprotagonistas en la educación de sus hijos; así lo han demostrado", concluyó Simón Cortina, director del Codema.

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