Un grupo de 25 investigadores de todo el mundo recorren desde ayer, y durante tres días, las zonas de pastos de los Picos de Europa en busca de especies vegetales en riesgo de desaparición por el efecto del cambio climático y los usos ganaderos intensivos. Se trata de un programa formativo del proyecto Nasstec (The Native Seed Science, Technology and Conservation), dedicado a la puesta en marcha de "Estrategias de colecta de semillas frente al cambio climático", y en el que participa el Jardín Botánico Atlántico gijonés.

Las instalaciones gijonesas acogieron ayer la primera de las sesiones formativas, previa a la salida de campo en la que los participantes recogerán varias especies "típicas de los pastos alpinos, de interés para la conservación y para su uso con el fin de restaurar hábitats degradados", señala Borja Jiménez-Alfaro, coordinador del curso en Gijón.

Así, las semillas que se recogerán durante tres días en el Macizo Central, en el entorno de Áliva, podrán servir, como explica Jiménez-Alfaro, para "restablecer zonas de pasto que se hayan deteriorado, como sucede, por ejemplo, en las áreas de pistas de esquí".

Por eso, la recolecta que estos días se llevará a cabo se completará con otras que se llevarán a cabo también en el macizo de los Alpes, los Apeninos y los Pirineos. El objetivo no es sólo el de recoger las semillas, sino "establecer normas para su conservación y su reproducción", con vistas al mantenimiento de estas especies en el futuro.

En el proyecto participan estos días jóvenes investigadores llegados de países como Italia, Francia, Canadá, Sri Lanka, Portugal, Eslovaquia, Escocia y Croacia. Once de ellos son estudiantes de doctorado y participan en un proyecto que "no es fácil conseguir, sobre todo por las dificultades de financiación", asegura el coordinador del curso.

Estos días también se celebrarán debates, conferencias y sesiones prácticas sobre los proyectos experimentales que se llevan a cabo desde el proyecto Nasstec, junto con las actividades de seguimiento del cambio climático desde las parcelas experimentales con las que cuenta el Jardín Botánico, como explicó Tomás Díaz, su director científico.

Además, los investigadores se centrarán en los riesgos asociados a las plagas y los tratamientos que se deben aplicar para proteger la longevidad de las semillas que se recolecten para restaurar los pastizales alpinos.