"En el mundo actual hacen falta soñadores y de eso, precisamente, es de lo que estamos sobrados en la Economía Social". Ruperto Iglesias García, presidente de Asata, la Agrupación de Sociedades Asturianas de Trabajo Asociado y Economía Social, aludió ayer en los sueños y a las personas que hacen que algunos sean posibles al presentar a los protagonistas gijoneses merecedores de los premios anuales de la entidad. Galardones con los que distinguen a la "Mejor empresa 2015" y la "Persona destacada en el fomento de la Economía Social".El primero se adjudicó al colegio San Lorenzo-Cooperativa Los Escudos y el segundo se concedió a José María Mori Montero, presidente de la Asociación "Una ciudad para todos".

A la hora de citar los méritos, en un acto que tuvo lugar en el Hotel Reconquista de Oviedo, ayer se aplaudió a "una escuela ética que destaca por su extraordinaria labor docente y humana basada en valores de convivencia democrática, libertad responsable, cooperación y solidaridad", refiriéndose al colegio San Lorenzo. En el caso de Mori Montero lo que se tuvo en cuenta, según los promotores del reconocimiento, es la "destacada labor, durante más de 30 años, en la eliminación del chabolismo y en la integración de personas con discapacidad en el mundo laboral".

Ruperto Iglesias indicó en su discurso que los premios anuales de Asata son un acto de reconocimiento al "trabajo diario, callado, anónimo de personas, empresas e instituciones que han impulsado la Economía social" en Asturias, al tiempo que han logrado transmitir a la sociedad que "una forma de construir empresa basada en valores y en las personas es posible". Ahí entró la alusión a los sueños de estas empresas, como los que impulsaron "hace más de 25 años a un grupo de mujeres que pusieron en marcha el colegio San Lorenzo bajo la fórmula de la cooperativa, sin más recursos que unos pocos ahorros y con el sueño de un colegio donde lo importante fueran los niños y las niñas no las instalaciones ni los medios materiales, sino la educación basada en valores, en la ética, en el respeto y en la democracia, la cooperación y la solidaridad". Recogió el premio la profesora Valentina Álvarez, una de las que participó en el nacimiento de la cooperativa, que estuvo arropada por otras compañeras.

Respecto al homenajeado José María Mori, de él Ruperto Iglesias destacó su afán por conseguir una sociedad más justa, primero en el ámbito de la vivienda -trabajando por la erradicación del chabolismo- y luego creando un instrumento como la empresa Vegapresas "para que los discapacitados intelectuales se integren dignamente en el mercado laboral y aporten lo mejor de sí mismos a la sociedad, dándonos a todos un ejemplo de coraje, esfuerzo y entrega". Mori, en su turno de palabra, reconoció que a pesar de los 30 años transcurridos aún se ve con fuerzas para continuar en una lucha aún muy necesaria de buscar una sociedad más justa.

El acto de ayer sirvió, además, para entregar distintas distinciones a los firmantes de los mejores proyectos de emprendimiento en Economía Social.