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SERGIO DALMA | Cantante, estará el próximo sábado, día 20, en el teatro de la Laboral con un concierto en el que presentará su último disco

"No soy partidario de la independencia de Cataluña, pero sí de un referéndum"

"Yo era un niño gordito; sólo hice un mes de mili, en Tenerife, porque tenía los pies cabos, y en aquel mes perdí doce o catorce kilos"

Sergio Dalma. MIGUEL PEREIRA

Su voz suena, a este lado del teléfono, cortés y llena de matices que hacen intuir una personalidad más rica que la asumida por el barítono al que el público adora por sus desgarro italianizante. Sergio Dalma estará el próximo sábado en el teatro de la Laboral, en Gijón. Llenará. Trae temas nuevos y otros que forman ya parte de un compartido repertorio sentimental a un lado y otro del Atlántico.

-¿Qué es "Dalma Tour"?

-Teníamos ganas de que el espectáculo de este año fuera algo distinto a lo hecho hasta ahora para que quienes me siguen desde hace años, aun cuando lo intentamos también con los discos, encuentren novedades. Llevamos meses trabajando y al público, en los sitios que hemos hecho la gira, le ha gustado. Espero que en Gijón ocurra lo mismo.

-Diecisiete discos publicados. ¿Qué hay de nuevo en este último trabajo?

-La intención era la de buscar un nuevo sonido, sin alejarnos de Italia, porque esa forma de interpretar está ya muy asentada. Surgió la posibilidad de grabar con Pablo Cebrián (productor) y de volver a España, y también la de buscar otros registros en la voz. Creo que Sergio Dalma es algo más que la voz rota. Y he querido plasmarlo en un disco que fuera, a la vez, muy positivo. Siempre se me identifica con canciones grises, tristes, cuando es un estado de ánimo que tiene poco que ver conmigo. El disco es más personal y lleva un tema mío.

-Una curiosidad, ¿de dónde viene el nombre Dalma?

-Del pueblo de mi padre, en Lleida. Tenía grabado "Esta chica es mía" (1989), pero carecía de nombre artístico, así que jugué con ese palabra. Nos gustaba más.

-Ha pasado más de un cuarto de siglo desde que publicó, precisamente, "Esa chica es mía". ¿Como ha evolucionado su carrera?

-Trabajar con nuevos productores hace que uno se enriquezca y quiera aportar cosas distintas. He vivido todo tipo de situaciones, pero con la intención siempre de superarme. Sacas un disco y piensas que es el que más va a gustar. Es una ilusión muy necesaria para este trabajo.

-Se le ha calificado del más italiano de los cantantes españoles. ¿Está cansado de esa etiqueta?

-Estamos es un país que siempre te etiqueta. Mamé toda esa música y eso es algo que marca. Además, he trabajado mucho en Italia. También dicen que si soy un baladista. En fin, lo importante es que hablen.

-Ha rebasado ya los cincuenta años...

-Sí, voy a cumplir cincuenta y dos. Cambia en que ves las cosas de manera más reposada. Ahora saboreo la vida de manera muy distinta.

-Ha sido reservado, en general, sobre su vida privada. ¿Por qué aceptó participar en el programa de televisión "Dos días y una noche", de Susana Griso?

-Me lo pensé varias veces. Bueno, pues porque Susana Griso es una periodista a la que he seguido siempre y tiene una trayectoria que me gusta. Me llamó la atención que iniciara un programa distinto a lo que ella hace. Y es un formato que yo ya había vivido en un programa similar que se hacía en TV3. No me disgustaba y la cadena es bastante respetuosa y seria. Yo tenía un cierto control sobre el programa, ahora bien, si lo he hecho es porque sé que me voy a sentir cómodo.

-Ahí dice algo que sorprenderá a mucha gente, que era un niño gordito...

-Sí, sí. Sólo hice un mes de servicio militar, en Tenerife, porque pude librar por los pies. Librabas por tenerlos planos o cabos, que son los míos. En aquel mes perdí doce o catorce kilos; se ve que hubo un cambio metabólico. Después, empecé a hacer deporte, pero es cierto que era un niño bastante gordito.

-Es de Sabadell y optó, cuando empezó a cantar, por castellanizar su nombre. ¿Por qué?

-Lo de Josep Capdevila era muy localista y mi carrera se planteaba, sobre todo, para un mercado hispanoamericano. También he cantado en catalán, que es mi lengua materna.

-¿Le gusta lo que está pasando en Cataluña o lo vive desde una cierta distancia?

-No me gusta lo que pasa en Cataluña y tampoco lo que está pasando en España. Espero que haya responsabilidad política y no hagan falta otras elecciones. El país necesita un cambio y que unos escuchen a los otros, saber convivir. No soy partidario del independentismo, pero sí de un referéndum para que la gente se pronuncie. Veremos a ver qué ocurre, pero estamos en un tiempo un poco caótico.

-¿Es verdad que quiere jubilarse, con los años, en Sanabria, en Zamora?

-Tengo una casa por allí y es un lugar que me encanta. Es como mi paraíso, donde cargo pilas. La vida rural me ha gustado siempre mucho. Después de los sesenta y tantos no sé si me jubilaré, pero haré un replanteamiento de mi vida, porque sé que ya no aguantaré este ritmo.

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