A techo, con buena sidra y amplia variedad. Con una oferta así muchos aprovechan estos días para darse un capricho en "La gran mariscada" que se celebra en la Feria de Muestras hasta esta noche como cita ya consolidada de la Semana Santa gijonesa. Porque, como señalaban ayer María Díaz y Alfredo González, "estábamos deseando que llegara, está muy bien que haya este tipo de reclamos para que los turistas y la gente de aquí podamos hacer algo diferente en vacaciones".

El pabellón de la mariscada se llenó a mediodía de visitantes deseosos de probar las delicias de la gastronomía del norte, ofrecidas por una quincena de restaurantes que ofrecen hasta 16 variedades de marisco. "Habrá que probarlo todo", bromeaba el madrileño Juan Fernández en la cola de uno de los restaurantes, esperando para pedir "un centollo y percebes para empezar, eso en primer lugar, y la sidra que no falte que para eso estamos en Asturias".

Fueron los centollos, las zamburiñas, los langostinos, las gambas de Huelva, los percebes, el pulpo y hasta los bígaros los grandes protagonistas de una cita en la que, pese al éxito de ventas, "se ha notado un cierto bajón con respecto al año pasado", indicaba Ricardo Villa, del Llagar de Begoña. Porque en esta edición "tenemos peor ubicación, en un pabellón más atrás que no queda tan a la vista de la gente, estamos peor situados", lamentaba el hostelero.

A ello se suma la coincidencia de celebraciones en el entorno de la Feria, como la degustación de sidra en el Pueblo de Asturias o los "food trucks" del Parque de Isabel la Católica. A estos últimos achacan los hosteleros una bajada en el número de asistentes. "Todo afecta", sostiene Ricardo Villa, quien, a pesar de que esta edición está siendo en general "algo más floja", se siente "satisfecho" con las ventas, con unos 60 centollos despachados estos días.

También contentos estaban en El Muelle, de Candás, con la marcha de las ventas este puente festivo, algo más bajas, pero igualmente satisfactorias. "Este año ya no es tanta novedad como el pasado, pero está bien", señalaba Rafael Solís. "Hay muchos eventos y todo tiene efecto, pero la afluencia es buena", resumía mientras en su puesto se despachaba a buen ritmo. "Hay años mejores y otros peores, pero está bien que haya variedad, la gente de fuera quiere ver cosas como éstas que se salen de la oferta normal", afirmaba el hostelero.

En "Los Pomares" también tenían la percepción de que este año está siendo "más flojo", si bien "el viernes a mediodía estuvo lleno, fue el mejor día". El de ayer no marchaba mal, aunque "podría ser mejor", según los restauradores.

La oferta se mantiene hasta esta misma noche, y los hosteleros confían en que el tiempo no juegue una mala pasada y sean muchos los que se decidan a acerarse hasta el recinto ferial. Porque, al fin y al cabo, como señalaba Maruja Pérez, "de lo que se trata es de comer, y comer se come bastante bien".