Comenzaron a llegar a los chigres las primeras botellas de sidra de manzana seleccionada de la cosecha de 2015, un sello de calidad que nació en el año 2000 y del que son impulsores los llagares Trabanco, Peñón, Foncueva y Muñiz. En esta campaña se pondrán a la venta en torno a un millón y medio de botellas de una sidra que tiene dos particularidades: la manzana asturiana y la calidad controlada y certificada en todos sus procesos. Como afirmó ayer José Manuel Riestra (del llagar Muñiz), presidente de la Sidra de Manzana Seleccionada, "el proceso que va desde antes de la floración en las pumaradas hasta las sidrerías".

La presentación de la cosecha se celebró en el Tendayu del Museo del Pueblo de Asturias, con la asistencia de Jesús Casas, director general de Desarrollo Rural y Agroalimentario del Principado de Asturias, quien destacó, en su intervención, que el sector agroalimentario asturiano debe profundizar en "poner en valos los productos y defenderlos con precios", para "mantener su vinculación con el territorio".

La nueva cosecha de sidra de manzana seleccionada también se lanza en toda España con la campaña "Sidra frente al cáncer", en colaboración con la Fundación Sandra Ibarra. Por ello, de cada botella que se venda una parte del precio irá destinado a dicha fundación, cuya presidenta también estuvo en el Tendayu, al igual que Javier Nievas, de la Fundación Caja Rural de Asturias, y Jorge González-Palacios, gerente de la empresa municipal Divertia, quien destacó, por su parte, que con 20 llagares y un centenar de sidrerías asentadas en Gijón "la sidra es un gran reclamo turístico" para la ciudad.

La sidra que desde ahora se podrá beber es sin trasegar, la denominada "sidra sobre la madre", más tierna y afrutada (reposa sobre sus propias lías de fermentación). En definitiva, los cuatro llagares recuperan la tradición de sacar al mercado la primera sidra del año, que es propia de la primavera.