El mar de la costa este gijonesa, donde se ubican las playas menos urbanas del concejo de Gijón, no se termina de librar de las manchas, algunas de las cuales generaron alarma a principios de mes y motivaron el cierre por precaución del arenal de La Ñora, perteneciente ya a Villaviciosa. A mediados de esta semana, los caminantes de la senda costera que transcurre por la zona de Peñarrubia y los bañistas habituales de playas como Estaño volvieron a verse sorprendidos por manchas similares a las del anterior episodio, en las que Principado y Ayuntamiento descartaron presencia de vertidos fecales provenientes del emisario de Peñarrubia tras varios análisis que determinaron que su composición era de algas, espuma de mar y fragmentos de medusas.

Sin embargo, los habituales de la playa de Estaño, situada en la parroquia de Somió, no se terminan de creer esa versión, máxime cuando las manchas vuelven a aparecer "una y otra vez". "El círculo de 'algas' nos acabará con la playa más bella y natural de Gijón", comenta un bañista que frecuenta Estaño, a lo que añade, dejando la ironía a un lado, que "puedo asegurar que el sustrato de las manchas es de detritus, porque lo he visto".

Sin embargo, los análisis siguen garantizando la buena calidad de las aguas de las playas gijonesas. Aunque en el trasfondo de toda la polémica se sitúa el grave problema que tiene Gijón con la casi inexistente depuración de las aguas de la cuenca este, al no haber entrado en funcionamiento la estación depuradora de El Pisón, paralizada por orden judicial tras haber ganado la batalla judicial los vecinos que denunciaron su construcción.