Desde mediados de noviembre podemos admirar en Gijón, al lado del río Piles, varios árboles prehistóricos en su momento de máxima belleza, tanto en el parque de Isabel la Católica como alrededor del Palacio de los Deportes.

En el primer caso se encuentran varios elegantes ejemplares de "Taxodium distichum" al borde del estanque, también llamado "ciprés de los pantanos" o "ciprés calvo". Son de las raras coníferas caducas prehistóricas, cuyo follaje verde cambia en pocos días a un brillante rojo, por lástima, solamente por corto tiempo hasta su caída, que ya comenzó.

En el segundo caso son dos "Ginkgo biloba", el primer árbol de nuestro planeta que apareció hace 270 millones de años y es considerado "fósil viviente". Nació en el entonces continente Gondwana y se extendió y diversificó por Laurasia durante el Jurásico y el Cretácico, en donde desapareció. Fue redescubierto en China por un geólogo alemán en 1690, que llevó semillas al Botánico de Utrecht, donde desde entonces y hasta hoy existe esta especie. Son árboles muy longevos y ahora los hay en los cinco continentes.

Quedan pocos días para admirar estos árboles con su increíble coloración, porque en diciembre ya no quedará ni una sola hoja en ellos.

Por cierto, todos se encuentran a "dos pasos" del rastro dominguero y de El Molinón.