"¿Queréis ver magia? Pues vais a alucinar". Con esta acertada declaración de intenciones arrancó ayer El Gran Dimitri la primera de las galas internacionales de la VI Semana Mágica de Gijón, que tuvo lugar en un repleto Teatro Jovellanos, que no dejó de gozar con cada uno de los cuatro números de los que pudieron disfrutar.

"Nuestra intención es aunar en un solo espectáculo la mayor cantidad de disciplinas posibles, pero eligiendo siempre a los mejores en cada una de ellas", aseguró José Armas "El Ilusionista", organizador del evento; "de este modo podemos dar a conocer las distintas especialidades que hay dentro del mundo de la magia, para crear mayor afición", agregó.

Un interés que se dejó notar en el patio de butacas, sobre todo por los más pequeños, que no dejaron de reír, aplaudir y asombrarse con lo que ocurría sobre el escenario.

La primera de las actuaciones corrió a cargo del famoso prestidigitador belga Sebastién Dethise, que compaginó magia y juegos malabares.

Tras él, hicieron acto de presencia "Natalie & Eli", que trajeron desde Suiza su innata capacidad para cambiar de vestuario a una velocidad inimaginable, que les valió un récord Guinness. Más de una docena de cambios de ropa, acompañados de multitud de ramos florales y una coreografía perfectamente estructurada supusieron el número más animado de la velada.

El más peligroso, por contra, fue el del español Jammes Garibo, especialista en magia de gran formato, que atravesó, cortó en pedazos y quemó a su acompañante, que salió ilesa de cada uno de los envites. Para terminar, se atrevieron con un truco de metamorfosis al estilo Houdini, en el que cambió su lugar con su ayudante, con la añadidura de hacerlo en una caja transparente. Sin embargo, y como suele suceder en estos casos, lo mejor quedó para el final. El mago francés Arno, recientemente galardonado con el "premio Oscar de la magia" trajo a Gijón uno de los mejores trucos que se pueden ver. "De hecho, Arno recorre todo el mundo realizando únicamente estos diez minutos de espectáculo", apostilló Armas.

Un truco en el que hace aparecer decenas de palomas, para terminar haciendo lo propio con aves tropicales de gran envergadura, como guacamayos o cacatúas. Con el atronador aplauso del público, se llegó al final de una gala que "comenzó siendo un broche de oro a la semana, y con el aumento de la demanda, este año haremos hasta seis pases". Cuatro de ellos, separados en dos días, repetirán en el Jovellanos, mientras que otro tendrá lugar en el Centro Niemeyer de Avilés.