El autobusero Gonzalo Díaz no dudó ni un segundo y se desvió de su habitual ruta de la línea 24 de Emtusa para acercar al centro de salud más cercano a un viajero que había sufrido un desmayo. Su decidida actuación evitó una desgracia. Lo mismo que la rápida respuesta del sereno Javier Pardo, que al enfrentarse de madrugada a dos asaltantes evitó que un chico fuera atracado y propició la detención de los delincuentes.

Son "héroes cercanos" que en un momento determinado intervinieron "por el bien común". Carmen Moriyón, alcaldesa de Gijón, agradeció su desempeño en un acto celebrado ayer en el salón de recepciones del Ayuntamiento. "Se trata de poner rostro a Gonzalo y Javier, cuyas decisiones ayudaron a dos ciudadanos", explicó Moriyón.

Desde hace dos años y medio, Javier Pardo forma parte del servicio de serenos de Gijón. Comenzó a desempeñar este oficio gracias al Plan de Garantía Juvenil para menores de 30 años, y por lo visto, arrojo no le falta. Con su intervención evitó el asalto a un joven que caminaba por el paseo de Begoña. Sucedió en la madrugada del 22 de enero. "Vi a dos chicos que se acercaban a otro joven y le rodeaban", explicaba ayer Pardo. "Ellos me habían visto, pero siguieron con su plan de robarle y golpearon al muchacho", relató. Fue entonces cuando él optó por dar la voz de alarma y avisó a los agentes de seguridad. Ni dudó en "salir corriendo por varias calles, detrás de los asaltantes, hasta que por fin fueron detenidos por la Policía". Para Javier su intervención fue algo normal. Asume que los serenos están en la calle "para ayudar a los ciudadanos" y por desgracia, dice, "es algo habitual que pasen estas cosas, sobre todo los fines de semana en zonas de ocio". Incluso confiesa que "muchos hasta se encaran conmigo, pero no puedes tomártelo como algo personal". No todo es tan crudo: "hay gente muy agradecida con los serenos, que incluso te acaban pidiendo que les acompañes a su casa".

El otro "héroe cercano" es Gonzalo Díaz, un camionero -ejerció durante dieciocho años- reconvertido en autobusero. Entró a formar parte de la plantilla de conductores de la Empresa Municipal de Transportes Urbanos (Emtusa) hace dos años y hasta el pasado 26 de enero no había vivido nada igual. "Fue cuando hacía la línea 24 y bajaba de Monteana", recuerda Gonzalo. Los propios pasajeros le alertaron de que un hombre mayor había sufrido un desmayo en el autobús. "Había un centro de salud cerca de la ruta y pensé que era más rápido llevarle directamente allí antes que esperar a que llegara una ambulancia a donde estábamos", expone. No le importó que hubiera que desviarse ligeramente de su habitual ruta para acercar al hombre al centro sanitario. El chófer, que cree que el viajero se recuperó sin problemas, afirma que tuvo mucha colaboración entre los pasajeros ya que "hasta una mujer telefoneó al centro para que estuviesen preparados".

La alcaldesa, Carmen Moriyón, quiso destacar la buena labor de los servicios públicos de la ciudad. "Queremos mostrar nuestro agradecimiento, porque las cosas buenas no se resaltan lo suficiente", destacó Moriyón, quien además añadió que "hay que dar cuenta de las cosas que se hacen bien. Para las cosas malas ya está el buzón de sugerencias", sentenció.