Le despidieron y buscó vengarse por ello causando algún mal a su ya exempresa con pedidos a ninguna parte. La sección octava de la Audiencia Provincial de Asturias, con sede en Gijón, ha confirmado la sentencia condenatoria contra un hombre, repartidor de pizzas, que tras ser despedido de la empresa realizó varios pedidos de comida a destinos falsos.

El Juzgado de Instrucción número 3 de Gijón condenó en diciembre de 2016 a este empleado como responsable de un delito de daños a la pena de multa de dos meses con una cuota diaria de seis euros (360 euros en suma) y al pago de las costas del proceso, así como a abonar una indemnización de 337,94 euros al representante legal de esta empresa dedicada a la fabricación, producción y distribución de productos alimenticios.

El condenado recurrió la sentencia al entender que "no se había acreditado" en el proceso "que todos los pedidos llegaran a realizarse". Pero no tuvo éxito en su reclamación y, ahora, la sección octava de la Audiencia Provincial ratifica en su sentencia que este empleado mostró una "conducta dolosa dirigida a ocasionar un detrimento en patrimonio ajeno" que en verdad se produjo.

Los hechos descritos revelan que el condenado, tras haber sido despedido de su trabajo como repartidor de la empresa y "con intención de perjudicar a la misma", había efectuado una serie de pedidos falsos de pizzas no demandadas a través de su ordenador. Unos encargos que la cadena de pizza "realizó hasta que descubrió que no se trataban de pedidos reales", hecho que motivó "la pérdida de alimentos y de tiempo".