El Carmín se celebra en Siero, pero su popularidad es tal que se extiende más allá del céntrico concejo asturiano. Desde hace años que los gijoneses llevan organizando autobuses particulares para desembarcar en el prau de La Sobatiella, o utilizando las reforzadas líneas de tren y autobús para hacer lo propio. En la mayoría de los casos, cargados de sidra y de viandas. O de garrafas.

La escena se ha vuelto a repetir en el día de hoy. Ya desde por la mañana se dejaron ver por las calles de Gijón numerosos grupos de jóvenes con sombreros o con las camisetas pintadas. Su destino estaba claro: el Carmín de la Pola. Han partido autobuses desde diferentes puntos de la ciudad, al igual que en algunos momentos se han producido colas para tomar la línea regular desde la plaza de Europa. Igualmente, la ciudad está muy presente en la fiesta en forma de multitud de camisetas del Sporting, con las que van ataviados muchos romeros.

"Éste es nuestro cuarto Carmín consecutivo. Es nuestra fiesta favorita, porque suele hacer muy buen tiempo, hay un ambiente que no hay en otros lugares y el buen rollo reina siempre", confesaban Marta González y Sara Zapico antes de partir rumbo a Siero. "Yo ya he ido varias veces, pero este año voy con mi prima, que es de Madrid y no lo conoce. Yo creo que le va a gustar tanto que va a querer repetir", contaba, por su parte, Rubén Santiago.

Y su prima, a buen seguro, no es la única madrileña en La Sobatiella, pues a la Pola llega, para el Carmín, mucha gente de fuera. Y, desde Gijón, toda una legión de autobuses.