Aurelio Martín, portavoz del grupo municipal de Izquierda Unida, quiso ayer reabrir el debate sobre la revisión de la ordenanza de convivencia ciudadana que, concretó, "tras un borrador y dos reuniones llevan meses empantanado". Y quiso hacerlo en el contexto de los problemas sobre gestión de espacios públicos y concentraciones en áreas de ocio nocturno que se han sufrido en la ciudad en los últimos tiempos. Sin hacer mención explícita en el discurso de Martín se intuía una referencia a la conflictividad en Fomento que ha tenido su mayor repercusión social en el caso del joven Germán Fernández.

"Aquí no hay un problema general de convivencia, sino problemas concretos que conviene atajar para que no sigan", explicó el portavoz de IU antes de hacer una viva defensa del consenso social y político como única vía para conseguir una regulación de la convivencia ciudadana aceptada por todos. "Tenemos que pasar del porque yo lo digo al porque nosotros lo decimos", concretó el edil que exigió a Foro que cambie "el lamento por la acción" y que deje atrás su política de "decisiones unilaterales" y de un salto de la "sanción y el autoritarismo en favor del diálogo y la coparticipación". Martín lo tiene claro: "Hay que darle la vuelta como un calcetín a la gestión que hace el gobierno de los problemas de convivencia".

El concepto de partida para IU es que la "convivencia ciudadana es más que seguridad ciudadana" por eso en su batería de medidas para mejorar esa convivencia incluye acciones que tienen que ver el diseño físico de la propia ciudad, con la defensa de Gijón como una ciudad inclusiva abordando problemas de carácter social o de empleo y con la sustitución de la intervención policial por la mediación y de la sanción por los trabajos comunitarios. "Además aquí hay un amplio tejido asociativo y una red comunitaria que puede poner en marcha estas actuaciones de intermediación", explicó el edil. A su lado, Álvaro Granda, actual presidente del Conseyu de Mocedá, quien también abogó por el diálogo, el consenso y los programas de mediación. Proyectos de Bilbao o Rivas Vaciamadrid son los ejemplos a seguir. "Nosotros estamos en contra de la ordenanza actual porque es represora y criminaliza a la juventud", explicó Granda para quien los problemas de este verano han demostrado que faltan políticas de convivencia en materia de ocio nocturno y uso de espacios públicos. "Nosotros creemos que hay que trabajar con la realidad, no ocultarla. El consumo de drogas y alcohol existe y bajar la cabeza y llamar a la policía no soluciona los riesgos para la salud", concretó. El Conseyu realizó varios proyectos para concienciar a los jóvenes sobre los problemas con esos consumos.