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Un cuarto de siglo después, el sol otoñal se colaba de mil colores por las vidrieras, los fieles lucían sus mejores galas y el párroco, Fernando Fueyo, respiraba satisfecho porque "no tenemos ninguna deuda". Hasta el buen tiempo se alió ayer con la celebración de los 25 años de la construcción del templo parroquial de El Coto, bajo la advocación de San Nicolás de Bari, una ocasión para el festejo y para "estar bien contentos", resumía el párroco, porque "los 120 millones de pesetas que costó la construcción ya se pagaron y no debemos nada a nadie", bromeó Fueyo.

La celebración arrancó como no podía ser de otra manera con una concurrida eucaristía a mediodía a la que asistieron el Arzobispo, Jesús Sanz Montes, el propio Fueyo, Benjamín Serrano (párroco de Los Capuchinos), Juna Lozano y Simón Cortina (del Corazón de María), Rafael Lavandera o José Manuel García. Y asistieron también decenas de fieles y representantes de los 16 grupos que realizan diversas actividades dentro de la vida parroquial, así como el coro de Porceyo, encargado de cantar la misa.

Entre todos festejaron las bodas de plata de un templo cuya primera piedra se colocó en 1990, y que fue finalmente inaugurado en 1992. Fernando Fueyo ha estado presente en "la realización de un sueño en nuestra parroquia" desde el principio, desde las primeras eucaristías en el colegio de Las Dominicas hasta el semisótano de la calle Quevedo, antes de iniciar la construcción del templo actual que es "hogar de un Dios entrañable que nunca se cansa de esperarnos en este rincón de Gijón", señaló el Arzobispo Sanz Montes.