El Ayuntamiento de Gijón tiene un gobierno de Foro, el Principado de Asturias del PSOE y el gobierno español lo ocupa el Partido Popular. Tres partidos con los mismos problemas para conseguir los apoyos suficientes de otras organizaciones que les permitan sacar adelante sus diseños económicos para 2018. En todos los casos, la clave para la Cámara de Comercio de Gijón es que los partidos políticos asuman la "responsabilidad" de mantener activa la economía desde las administraciones públicas convirtiendo en inversiones el dinero que previamente han recaudado a empresas y vecinos en forma de tributos. "Si no se hacen obras habrá muchas empresas que no puedan continuar con su actividad y eso supone un menor nivel de recaudación de ingresos para las administraciones y pérdida de empleos", se indica desde la dirección cameral.
Por eso la Cámara entiende que "ante este escenario político y económico de recuperación es necesario instar a las administraciones públicas a alcanzar un compromiso con los empresarios como verdaderos vertebradores del estado de bienestar". En lo que tiene que ver estrictamente con el presupuesto municipal de Gijón, la Cámara no es la primera en reivindicar de la clase política un esfuerzo para que la ciudad tenga presupuesto el año que viene. También lo han hecho entidades sociales -algunas de ellas con convenios nominativos con el Ayuntamiento que fijan parte de su trabajo y los recursos para hacerlo- y los sindicatos firmantes de la concertación social. CC OO, UGT y la Federación Asturiana de Empresarios (Fade) han pactado con el Ayuntamiento de Gijón el acuerdo "Gijón Crece" cuyas medidas de activación económica e impulso al empleo deben contemplarse cada año en las cuentas municipales.
Al margen del debate presupuestario, pero en el contexto de las relaciones entre las administraciones públicas y el empresariado, la Cámara de Comercio de Gijón hace un llamamiento al Principado de Asturias y el Ayuntamiento de Gijón para que "el sistema de pliegos de las licitaciones públicas sea planteado en clave de calidad".
La idea es evitar que las contrataciones se queden en una simple subasta donde gana quien oferta el precio más bajo. "Después se dan casos de obras que quedan paralizadas o que ya terminadas se observa que la calidad no es la esperada", explican para reivindicar que a la hora de tomar la decisión de contratar se tengan en cuentas "criterios de excelencia" técnica tanto de la empresa como del proyecto propuesto. En el Ayuntamiento de Gijón se ha ido avanzando en el último año en la incorporación de cláusulas sociales a los contratos para minimizar ese efecto de mera subasta.
