"Atalaya", el patrullero de altura que capitanea el capitán de corbeta Álvaro Calderón Izquierdo, abandona El Musel tras un fin de semana de puertas abiertas en las que alrededor de quinientas personas pudieron visitar el buque y conocer su funcionamiento y a parte de su tripulación. La sesión de visitas se cerraba ayer poco antes de la una de la tarde tras haber visto pasar por la cubierta a decenas de personas, adultos y niños.

El "Atalaya" (P-74) es el último de los cuatro patrulleros de altura de la clase "Serviola" propiedad de la Armada Española, y tiene su base en la estación naval de La Graña, Ferrol. Especialmente diseñados para navegar en alta mar durante periodos prolongados de tiempo dispone de una cubierta de vuelo que le permite operar con helicópteros de tamaño medio, un hospital con seis camas y dos embarcaciones semi rígidas. Su tripulación está integrada de manera habitual por 48 personas.

Sus principales misiones en la actualidad comprenden, entre otras, la vigilancia marítima de las costas españolas y de su Zona Económica Exclusiva, la protección de líneas de tráfico marítimo y de infraestructuras críticas, la lucha contra la proliferación de armas de destrucción masiva, la piratería y la contribución a las actividades contra el terrorismo y tráficos ilícitos por vía marítima.

Además de las misiones habituales encomendadas a este tipo de buques, vigilancia y seguridad marítima de los espacios de soberanía nacional, el patrullero de altura "Atalaya" realizó el despliegue africano por diversos países del África occidental durante el primer semestre del pasado año. Esta misión sirve de apoyo a la acción exterior del Estado mediante tareas de cooperación y ayuda a terceros países, entre ellas el desarrollo de capacidades militares comúnmente conocido como seguridad cooperativa.