La asamblea local de Izquierda Unida celebró ayer su reunión anual, en la que Faustino Sabio, coordinador local del partido en Gijón, presentó el Informe Político y Organizativo de la formación.

Uno de los dos representantes de Izquierda Unida en el Ayuntamiento, la edil Ana Castaño -junto al portavoz municipal, Aurelio Martín-, expuso el informe sobre la coyuntura municipal, en el que definió el consistorio gijonés como "un barco a la deriva sin rumbo, cuyo medio natural es chapotear en el barullo y la improvisación".

Castaño quiso incidir en la idea de que "no vamos a tolerar el relato que pretende instaurar el equipo de gobierno, diciendo que la superación del techo de gasto y su incapacidad es culpa de las personas más vulnerables". Así, la edil de Izquierda Unida informó a la asamblea que "de los 7,5 millones que se incorporaron a la Fundación de Servicios Sociales solo 2,5 millones fueron a la Renta Social", especificando que, "hubo 1 millón para la ayuda a domicilio, 400.000 para gastos de personal o 300.000 para incrementar las becas de comedor. Cuando el gobierno de Foro habla de contener el gasto social, se refiere también a recortar estos gastos".

En su turno de palabra, Sabio remarcó que "en Izquierda Unida creemos que hay alternativa a los gobiernos de la derecha. Lo creíamos ayer, lo creemos hoy y nuestra prioridad es que esa creencia se haga realidad". También quiso explicar que "la crisis económica y política está lejos de cerrarse. Nos dicen que vivimos un período de bonanza macroeconómica pero la mayoría social y trabajadora vive en la miseria microeconómica".

La formación marcó una serie de objetivos de cara a este año, entre los que destacan "trabajar en la construcción de una organización más plural, participada y renovada, reforzando nuestra presencia en la ciudad y con especial atención al medio ambiente, el territorio, políticas sociales y el movimiento ciudadano de nuestros barrios y distritos", todo ello con la mirada puesta en los comicios locales y regionales de 2019.