La Policía Nacional mantiene abierta la investigación sobre supuestas prácticas de santería en una cafetería de El Coto. La comisaría del barrio trata de averiguar si el líquido "mágico" que supuestamente echa una hostelera a la comida en el Centro de Mayores es tóxico. Así lo denuncia al menos la antigua socia de la hostelera implicada, que ha puesto también los hechos en conocimiento del Juzgado de instrucción número 2 de Gijón. La gijonesa acusa a su excompañera de generar adicción en los clientes, ya que cuando vierte un líquido incoloro en la comida, "ellos piden más y más". Para el cura Fernando Fueyo, asiduo de la cafetería, "no son más que calumnias". El párroco de El Coto y capellán del Sporting asegura que la denunciada es "muy trabajadora y querida en el barrio". Y la acusación por santería sólo responde "a una venganza".

"Es una guerra continua", confiesa. Sobre el supuesto líquido "mágico", Fueyo sostiene que sólo son hierbas y que se las bebe la propia hostelera. "Yo por lo menos no fui intoxicado", agrega. Ni nadie, que se sepa.

Análisis de las botellas

La exsocia presentó como prueba en la comisaría de la Policía Nacional "dos botellas de tamaño medio, color transparente y tapón azul", como reza en la denuncia. Uno de los frascos lucía la etiqueta "Echar en la comida" y contiene un poco de líquido incoloro. Y el otro, con la frase "Suerte, echar en la cafetería en todas partes" y apenas líquido en su interior. Los agentes tratan ahora de comprobar si el líquido es tóxico o incompatible con la comida y si la historia es como la cuenta la denunciante. Según fuentes de la Policía, las pruebas de las dos botellas no tienen garantía jurídica, ya que no fueron recogidos directamente por los agentes en la cafetería.

A raíz de esta polémica y de las disputas económicas entre las socias, el Centro de Mayores rescindió en marzo el contrato de explotación del bar. Pese a ello, la denunciada fue readmitida y hoy continúa trabajando.

Esta peculiar historia comenzó en enero de este año, cuando el centro de mayores de El Coto firma con dos hosteleras (socias para este proyecto) un contrato de explotación de la cafetería por seis meses -con opción a prórroga-. A los pocos días de trabajar juntas, la ahora denunciante empieza a recibir "insultos y vejaciones" de parte de su socia, que le atribuye ser "mala trabajadora", tal y como consta en el escrito de apertura de diligencias del Juzgado de instrucción número 2 de Gijón.