El juicio contra el gijonés de 34 años acusado de abusar sexualmente de su primo, menor de edad, durante al menos ocho años, quedó ayer visto para sentencia después de que las partes implicadas en el procedimiento elevases a definitivas sus conclusiones. La Fiscalía mantuvo su petición inicial de diez años de cárcel y otros seis años de alejamiento para el procesado, que en todo momento ha negado cualquier tipo de contacto sexual con su víctima y defendió ante el tribunal de la sección octava de la Audiencia Provincial -en la vista del miércoles- que ambos mantenían una relación normal de primos. Es por ello que su defensa incidió en solicitar la libre absolución.

La acusación particular -ejercida por la familia del joven, todavía menor de edad, y representados por la letrada Ana María González- también mantuvo su petición, mayor que el de la fiscal. En su caso interesa una condena de doce años de cárcel -el máximo que establece el Código Penal en este tipo de delitos con menores- al entender que se trata de un delito continuado de abuso sexual con prevalimiento.

Los hechos juzgados comenzaron en 2008, cuando el menor tenía ocho años, y se sucedieron en el tiempo hasta que la víctima se lo contó a sus padres en 2016. Procesado, según la fiscalía, acudía al domicilio donde vivía el menor, aprovechando la relación familiar, y allí le obligaba supuestamente a mantener todo tipo de relaciones sexuales con "ánimo libidinoso", pero "sin emplear fuerza ni intimidación". Esas relaciones fueron completas en varias ocasiones, una acusación que el procesado niega tajantemente y que sí describió el menor, detrás de un biombo, ante los magistrados. El juicio quedó visto para sentencia.

Atención a víctimas

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