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Menos miedo y mucha risa

"La familia Addams" llena el Jovellanos de público para presenciar una comedia musical entretenida e hilarante

Carmen Conesa, en el papel de Morticia.

Con gran éxito de público se presentó en el teatro Jovellanos el miércoles la comedia musical "La familia Addams". Dos horas y media de regocijo, de música y de terror. Los muertos salen de sus tumbas para sumarse a los despropósitos de la familia. Todo es absurdo, espantoso, espeluznante.

Es el gran día anual de la familia Addams, y naturalmente lo celebran en el cementerio, porque como dice Morticia, la madre, todos los Addams son de la familia, lo mismo da que estén vivos que muertos. Hay esqueletos por todas las esquinas, se abren las tumbas para que salgan los fallecidos y se sumen a la juerga. Todos ellos tienen un aspecto cadavérico, están llenos de polvo gris. Hay hombres que visten a la manera del siglo XVIII, y damas que usan polisón. Gritan y bailan. En medio de semejante jolgorio, surge una noticia: la hija del matrimonio, el constituido por Morticia y Gómez, se ha enamorado. Morticia, representada por Carmen Conesa, pone el grito en el cielo, pero Gómez consigue calmarla. Deciden ofrecer una cena para conocer a la familia del novio de Miércoles; tal es el nombre de la enamorada.

Una cena normal, sugieren. ¿Pero qué es lo normal?, se preguntan. Morticia apunta: "Lo normal para una araña es el caos para una mosca". El enredo se sucede en medio de un clima tenebroso pero hilarante. Del techo cuelgan los ahorcados, y en ese ambiente llega la familia del novio de Miércoles. Los recibe el mayordomo, una especie de Frankenstein tartamudo, y se arma. La abuela está loca como una cabra. Pero al final se acaba solucionado todo y vence el amor.

Carmen Conesa es la gran estrella de la representación. Está muy guapa, pero canta así, así. Gómez es el que mejor voz tiene, y lo hace muy bien. La decoración es siniestra, y el vestuario fatal como la muerte. Pero el público no se cansa de reír. La oportunidad de los apuntes, las gracias de unos y otros, convierten el esperpento en una juerga. La música es en directo y pegadiza. No se la pierdan.

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