El Gobierno de Japón realizará pruebas de resistencia en todos los reactores nucleares del archipiélago, mientras el país todavía intenta cerrar la crisis nuclear en la central de Fukushima Daiichi, informó hoy la agencia Kyodo. La noticia se conoce el mismo día en que un almacén de residuos en una central nuclear de la región de Tokai (este de Japón) haya sufrido hoy un incendio que fue pronto controlado sin que se hayan liberado materiales radiactivos, informaron fuentes oficiales.

El suceso tuvo lugar a las 10.00 hora local (01.00 GMT) en la planta nuclear 2 de Tokai, operada por Japan Atomic Power y situada en la provincia de Ibaraki, al norte de Tokio, según fuentes del Gobierno regional citadas por la agencia local Kyodo.

Los residuos prendieron en llamas cuando los operarios de la planta intentaban verterlos en una caldera para su fundido, ante lo que inmediatamente se utilizó agua para controlar el fuego. Éste fue pronto apagado sin que se llegaran a liberar materiales radiactivos, según las fuentes.

Las pruebas, de las que aún no se ha facilitado una fecha, fueron anunciadas por el ministro nipón de Industria, Banri Kaieda, quien a mediados de junio hizo un llamamiento para restablecer los reactores nucleares fuera de servicio desde la catástrofe del 11 de marzo.

"Creo que tenemos que llevar a cabo rápidamente las pruebas de resistencia para ofrecer una sensación de seguridad, tomando como ejemplo la experiencia de la Unión Europea", dijo Kaieda, en referencia a las pruebas que la UE efectúa en sus instalaciones nucleares desde junio.

Los controles en todas las centrales japonesas servirían para que las empresas operadoras midan su resistencia ante desastres naturales de gran magnitud y encuentren sus puntos débiles, según representantes de la Agencia de Seguridad Nuclear de Japón (NSA).

La central de Fukushima Daiichi, diseñada para soportar un tsunami de hasta 5,7 metros de altura, perdió sus sistemas de refrigeración al ser golpeada por el terremoto de 9 grados en la escala de Richter y olas de más de 14 metros el pasado 11 de marzo, lo que provocó una crisis nuclear que aún no se ha cerrado.

Japón mantiene 35 de sus 54 reactores desactivados por precaución o por revisiones rutinarias tras ese desastre.

Ello ha reducido el suministro eléctrico, por lo que el Gobierno ha exigido a empresas y particulares del noreste que reduzcan en verano su consumo un 15 por ciento, mientras la mayoría de pueblos y regiones que albergan reactores se niegan a que sean reactivados.