El imparable avance del Ejército sirio en la sitiada Alepo ha partido en dos el frente rebelde, que amenaza con hundirse de manera inminente. En los últimos días, los insurgentes han perdido el dominio de once barrios del noreste de la ciudad, por donde han progresado los efectivos gubernamentales y de las Fuerzas de Siria Democrática (FSD), una alianza armada kurdo-árabe.

El colapso del frente rebelde ha causado un éxodo de desplazados desde el noreste de Alepo a otras partes de la ciudad. Según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, un total de 27.000 personas han huido de la zona nororiental: 15.000 se han desplazado a barrios centrales y del sur de la mitad este de Alepo, controlados por la oposición, mientras que 12.000 se han trasladado a zonas dominadas por el Ejército y al área de Al Sheij Maqsud, en poder las FSD, informa "Efe".

El máximo responsable de la ONU para Asuntos Humanitarios, Stephen O'Brien, confirmó que unos 16.000 civiles que vivían en los distritos del este de Alepo conquistados por el Ejército de Bachar al Asad en los últimos días han escapado y buscan desesperadamente refugio en lugares más seguros.

El régimen sirio y sus aliados quieren arrebatar toda la parte este de Alepo a los rebeldes antes de que el presidente electo de EE UU, Donald Trump, tome posesión del cargo el próximo 20 de enero, según un alto cargo militar sirio que confirmó que este calendario cuenta con el visto bueno de Rusia.

Entre tanto, el Pentágono reconoció ayer "errores" de inteligencia y de marcación de objetivo en un ataque aéreo el pasado 17 de septiembre en el que se golpeó inadvertidamente a tropas sirias. En ese ataque, el régimen de Damasco y su aliado, Rusia, dijeron que murieron más de 60 soldados, mientras que las autoridades estadounidenses no han ofrecido cifras de las víctimas.