La producción de leche en Asturias cayó en la campaña 2011-2012, que finalizó el pasado 31 de marzo, a su nivel histórico más bajo desde 1980, año en que se inició la implantación del sistema de cuotas, instaurado en 1992, que originó el inicio de los controles oficiales de la producción.

A falta de conocer los datos del mes de marzo, entre abril de 2011 y febrero de 2012, los 2.500 ganaderos asturianos que quedan en el sector vendieron a las industrias 491.000 toneladas de leche. La cantidad global en la anterior campaña fue de 537.000 toneladas. El dato preocupa, a pesar de que algunos meses las entregas de leche fueron por encima de las registradas el año anterior.

La cuota regional también ha caído a sus niveles más bajos. Empezó siendo de 606.000 toneladas y llegó a 654.000 toneladas en 2004. La reconversión de años anteriores la hicieron bajar hasta las 580.000 toneladas actuales. El descenso de producción ya fue llamativo en el ejercicio precedente, cuando los ganaderos no llegaron a entregar ni 540.000 toneladas de leche, frente a una asignación de 590.000 toneladas.

Los datos del Fondo Español de Garantía Agraria (FEGA) corroboran que, por quinto año consecutivo, los ganaderos asturianos no han cubierto la cuota asignada. La tendencia no sólo se circunscribe a Asturias. Hasta el mes de marzo, el conjunto de los ganaderos de España tampoco ha logrado colocar en el mercado los seis millones de toneladas que conforman los contingentes de producción nacional.

Los datos siguen revelando un importante desajuste entre la cuota asignada y la consumida. Las necesidades de leche en España se estiman en unos 9 millones de toneladas que se cubren con entradas de materia prima de otros países, especialmente Francia.

Entre enero y marzo entraron en España 141.334 toneladas de leche procedente de otros países, a través de operadores autorizados. Casi la mitad de esa leche (un 48 por ciento) era cruda y casi una tercera parte, leche transformada. El resto era fundamentalmente pasteurizada (10%) y concentrada (9%). Otro tipo de productos como leche UHT, en polvo y fermentada, entraron en muy pequeña cuantía.

En relación con el segundo trimestre, las entradas de leche experimentaron un incremento significativo de casi un 55% más. Sólo entre enero y marzo llegó a España el 75% de la leche del total recibido en los primeros seis meses de campaña. Además de la competencia de la producción extranjera los ganaderos asturianos, y el resto de los españoles, se enfrentan a un descenso de tarifas que les impide cubrir los costes de producción. Los precios al consumidor, con una media que va de los 50 a los 90 céntimos, están, asimismo, en los niveles más bajos en cinco años.

El 60 por ciento de la leche se vendió a un precio medio de 57 céntimos, mientras que la media total es de 65. Ambas cifras van muy por debajo de los 76 céntimos de umbral mínimo de subsistencia constatado en un estudio realizado por el Ministerio de Agricultura -entonces Medio Rural- en 2009, lo que pone de manifiesto que la sostenibilidad de la producción de leche en España es cuando menos compleja. A ello se añade que la demanda de leche líquida también ha bajado por la pérdida de poder adquisitivo la Interprofesional Láctea (Inlac), han pedido a la distribución que no empleen la leche como producto reclamo.