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José Luis Fernández se ganó su contrato indefinido

Toma a diario dos trenes y un bus para ir desde Villallana hasta el parque empresarial de Avilés

José Luis Fernández García atravesó en diciembre de 2014 las puertas giratorias de la empresa CSC, situada en el parque empresarial Principado de Asturias de Avilés, con un contrato temporal de un año bajo el brazo. Durante ese tiempo, cumplió a rajatabla el trabajo que le fue asignado: repartir los paquetes que llegan a la sede asturiana de la multinacional líder en el desarrollo de soluciones tecnológicas, reponer el papel de las impresoras instaladas en el singular edificio de acero y cristal e, igualmente, restituir el material de oficina. Su responsabilidad ante el trabajo y la afabilidad en el trato llevaron a la empresa a renovarle el contrato y pasar a tener carácter indefinido.

Tiene una jornada laboral de cuatro horas (de 13.30 a 17.30). Para llegar desde su casa en Villallana (Lena) hasta el polígono empresarial avilesino, este joven de 28 años coge dos trenes y un autobús. Viaja sólo, aunque desde la distancia y a través del teléfono móvil, su madre sigue su trayecto.

Destaca entre los compañeros por su educación y aspecto esmeradamente cuidado; diariamente usa corbata o pajarita de colores combinados con el resto del vestuario, incluso los zapatos. "Es muy atento, cariñoso y siempre está contento", manifiestan Carmen Rodríguez y María S. M., encargadas de marcarle la rutina laboral. "Me gusta ir elegante", reconoce José Luis, quien, antes de iniciar el trabajo, come en la cantina de la empresa, unos días el menú que le preparan su abuela o madre; otros, el que ofrece el establecimiento hostelero. "Siempre está contento con todo: comida, gente, trabajo?", apuntan sus compañeras, "se desenvuelve muy bien".

Al finalizar el día, de vuelta a casa, José Luis Fernández García practica dos veces a la semana su gran pasión: el kick boxing. "Voy al gimnasio a Ujo, entreno desde los 13 años, estoy federado y soy cinturón negro primer dan", explica para señalar que en ocasiones acude a exhibiciones con su profesor Julio César Martínez Fernández. La afición por este deporte la complementa con otra gran diversión: el fútbol. Es seguidor del Sporting y cada domingo acude a El Molinón con su tío, dice.

La vida laboral de José Luis Fernández comenzó de la mano de la Asociación Down Asturias en una hamburguesería de Gijón. "Preparaba ensaladas, hacía de camarero, limpiaba y fregaba". También accedió a CSC a través del programa de empleo con apoyo de la entidad. "El trabajo les ayuda a ganar en autonomía, confianza, comunicación y sociabilidad", comenta María José Camblor, miembro de la asociación que acude cada semana a la empresa avilesina para conocer la evolución de José Luis.

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